CASO: TEODORO TEJEDOR
Se pide 47 años de cárcel para 2 acusados de matar a Teodoro Tejedor.
La Fiscalía atribuye al presunto líder de la banda y a otros 3 rumanos 7 delitos cometidos entre mayo y noviembre de 2006, entre ellos el del homicidio del hostelero de Juan XXIII
La Fiscalía de Burgos solicita un total de 53 años de prisión para los 4 procesados por la muerte de Teodoro Tejedor la madrugada del 23 de septiembre de 2006, aunque solo dos de ellos han sido acusados directamente de ese delito y se enfrentarán, por tanto, a las penas más graves en un juicio que se celebrará en la Audiencia Provincial de Burgos dentro de unos meses, aunque aún no hay fecha.
La Fiscalía de Burgos solicita un total de 53 años de prisión para los 4 procesados por la muerte de Teodoro Tejedor la madrugada del 23 de septiembre de 2006, aunque solo dos de ellos han sido acusados directamente de ese delito y se enfrentarán, por tanto, a las penas más graves en un juicio que se celebrará en la Audiencia Provincial de Burgos dentro de unos meses, aunque aún no hay fecha.
ASI FUE.
El hostelero fue golpeado en la cara y amordazado con un calcetín y cinta de embalar, lo que le provocó una anoxia (falta de oxígeno casi total), que unida al estrés y a la enfermedad coronaria que padecía a sus 73 años, desembocaron en una arritmia cardiaca y un edema pulmonar, y su fallecimiento. El Ministerio Público sostiene que los 4 encausados, 3 de ellos en prisión por estos hechos, «en unión de otros, también como ellos, súbditos rumanos pero que no han sido hallados o están» en su país natal, formaban un «grupo dedicado a cometer hechos delictivos contra la propiedad de cuyos resultados se beneficiaban todos, realizando conjuntamente envíos regulares del dinero y de los objetos sustraídos a Rumanía, sin perjucio de quedarse con lo suficiente para vivir sin realizar trabajo alguno», detalla el escrito, firmado por el fiscal jefe, Santiago Mena. Presuntamente, actuaron al menos entre mayo y noviembre de 2006Además del homicidio del presidente del Atlético Burgalés y el robo en el bar de su propiedad, en la barriada Juan XXIII; en este procedimiento se enjuicia también la paliza recibida por otra hostelera de Vista Alegre (G-3) en el garaje de su casa para quitarle 500 euros y otras pertenencias; y la sustracción de casi 5.000 euros en prendas deportivas del comercio Discóbolo Sport de Gamonal. En total, la acusación pública contempla hasta 7 delitos, al sumar a los 3 robos, el homicidio y las lesiones, las acusaciones por asociación ilícita y receptación (recibir, ocultar o adquirir objetos sustraídos con ánimo de lucro y con conocimiento de la comisión de un delito).Mariam B., considerado presuntamente el líder de esta organización criminal, tendrá que responder por todos ellos. La Fiscalía reclama para él 27 años y 6 meses de prisión, además de 5.400 euros de multa. El cabecilla, que empleaba también los nombres de Petrou Vasile y Vasile Vasile Potou, guardaba en su habitación el rollo de cinta de embalar supuestamente empleado para inmovilizar a Tejedor e intentarlo con la mujer.La acusación pública le considera coautor de la muerte del dueño del TT -12 años por el homicidio y 3 por el robo- y de la paliza a la hostelera -4 años por las lesiones y otros 4 por el robo, con la agravante de alevosía.La segunda acusación más grave recae sobre Ionel P., que deberá responder por 5 delitos, si bien no se le ha podido atribuir el violento asalto del garaje del G-3, poco antes de las 2 de la mañana del 21 de septiembre de 2006. La mujer fue abordada «por dos personas que ocultaban sus rostros con capuchas o pasamontañas... que comenzaron a golpearla tirándole al suelo, donde siguieron golpeándola para impedir» que pidiese auxilio. Siempre según el relato del fiscal, la férrea resistencia de la mujer impidió que los delincuentes lograran «meterle algo en la boca y sellársela con cinta de aislar», la misma con la que intentaron atarle las manos. La mujer estuvo 12 días hospitalizada y tardó en curar otros 71, aunque le han quedado secuelas en un ojo. En el momento del robo no pudo ver a sus asaltantes pero sí reconoció la camiseta que usaba uno de ellos como la hallada en la habitación de Marian B.
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