Burgos no es una ciudad insegura. Esa es la principal conclusión que se desprende de la información que consejos de barrio y asociaciones zonales han proporcionado a este periódico para realizar un diagnóstico sobre la seguridad en la ciudad. Las principales quejas que manifiestan tienen que ver con el botellón, el gamberrismo o los grafitis. Problemas más graves, como el trapicheo de drogas o los robos son preocupaciones no tan extendidas. Así, la barriada de Yagüe, por ejemplo, sitúa el menudeo de drogas como su principal inquietud en materia de seguridad ciudadana. Montserrat Sánchez, la presidenta de la asociación vecinal, indica «que en los últimos meses ha aumentado» la presencia de camellos y la venta de droga en sus calles. Por ello reclama -ya lo ha hecho a través de una carta- más presencia de la Policía Nacional, «a fin de disuadir a los vendedores». En los últimos meses, se queja Sánchez, se han producido varios robos «en viviendas» y en el centro cultural (dos veces seguidas).En la barriada de Illera, «el trapicheo de droga» también es el principal problema que denuncia su asociación de barrio. Rafael Sánchez, miembro de la organización, señala también que se han producido últimamente «entradas con violencia en domicilios y robos en viviendas». «Por no hablar de los retrovisores y lunas rotas que nos encontramos los fines de semana o de los grafitis», resume. El «exceso» de velocidad en sus calles -«no respetan los límites ni los autobuses municipales ni la Policía»- constituye también «un peligro para los vecinos».En la zona sur observan también con preocupación que «está aumentando el mercadeo de droga en la zona, sobre todo con gente joven», señala Florentino González, de Nuestro Barrio. Además, denuncia que cada vez se producen «más actos de gamberrismo». En el centro cívico de San Agustín «hay un grupo de chavales que la están armando constantemente y no se les puede decir nada». González echa de menos más presencia policial. «El paso de los coches patrullas es fugaz», indica.El botellón y el gamberrismo son problemas con los que conviven muchos barrios. El centro cada vez menos, por eso quizá se haya trasladado a otras partes. María García, de Capiscol, se queja de los destrozos que se producen en el equipamiento urbano «todos los fines de semana por culpa del botellón». En la zona de Fuente Prior y del Viejo Molino «los destrozos son tremendos, así como a orillas del río». Esas fiestas nocturnas en la calle «dan lugar además a peleas, en las que a veces se ven involucrados vecinos del barrio sin comerlo ni beberlo». García reconoce que cuando se produce un llamamiento a la Policía Local, ésta «se presenta rápido». Y en las fiestas del barrio «su colaboración siempre es buena para evitar altercados». No obstante, considera que deberían patrullar más el fin de semana para que no se celebren botellones.Cree que la iniciativa del Ayuntamiento en el centro histórico para acabar con el botellón debe trasladarse a Capiscol. Y es que en la zona centro están encantados. Manuel Guerra, presidente de Casco Viejo, asegura que las «cosas han mejorado mucho en el barrio desde que la Policía no deja beber en la calle». «Se observa más presencia de agentes locales y las cuadrillas que se dedicaban a la distribución de droga ya no están en la calle», afirma. Y todo ello «a pesar de que la Subdelegación se ha negado a colocar cámaras en el barrio», indica.En Gamonal, la presidenta del Consejo de Barrio, Gloria Burgos, exige «más presencia de la Policía Nacional». Por dos motivos. El primero, para intentar disuadir a los ladrones de «robar en bares y establecimientos comerciales». Y en segundo lugar, «para controlar las zonas nocturnas de copas con el fin de que no se produzcan peleas en las calles».En San Julián y en el Crucero comparte los mismos problemas. Diego Saiz, secretario del consejo de barrio de San Julián, protesta por las gamberradas nocturnas del fin de semana que terminan «con retrovisores y lunas de los coches rotas». Rodrigo Ibeas, de El Crucero, se lamenta de lo mismo y señala que es por culpa «de los botellones que se hacen en el barrio».En el G-9 Miguel Morillas, presidente de la asociación vecinal, denuncia también actos de vandalismo el fin de semana y «la tardanza en algunas ocasiones de la Policía cuando se producen altercados».También hay una serie de barrios que se pueden denominar tranquilos, que prácticamente no tienen ninguna queja en materia de seguridad. En la zona de El Pilar-La Sesa, Ricardo Rodrigo, presidente del Consejo de Barrio, afirma que «no hay ninguna conflictividad». Alfredo Maza, de San Pedro de la Fuente, se alegra de que en los últimos meses «la presencia policial en las calles haya aumentado». «Porque hasta hace poco, apenas se les veía», señala. En Villafría, según Adolfo Díez, presidente de la asociación vecinal, «la tranquilidad es absoluta, quizás porque tenemos al lado la N-I y hay muchas patrullas tanto de Policía Local como de Guardia Civil». En Cótar también están contentos con la presencia de agentes, al igual que en Castañares. Lourdes Freitas, de la asociación vecinal de Villímar, e Irene Olmos, de la barriada de San Cristóbal, valoran muy positivamente la iniciativa del Ayuntamiento de establecer la oficina móvil.
Visto para sentencia el juicio por el homicidio de Teodoro Tejedor y otros delitos Las acusaciones particulares repasan las circunstancias que, a su juicio, implican directamente a Ionel P. y vinculan a Mariam B. • Insisten en la validez de las pruebas 19 años y medio interesa la Fiscalía para Pele, desvinculado del robo del G-3. La familia de Tejedor le acusa de asesinato y pide 35 años. Él pide la absolución y, como mucho, ve un homicidio imprudente. Pasadas las 3 de la tarde de ayer, quedó visto para sentencia el juicio contra los 4 acusados de formar parte de la banda que supuestamente acabó con al vida de Teodoro Tejedor el 23 de septiembre de 2006, robó y apaleó a otra hostelera 2 días antes y practicó un butrón para sustraer prendas por valor de casi 5.000 euros en la tienda Discóbolo Sport de Gamonal el fin de semana precedente.Cinco horas antes, había comenzado la octava y última sesión de la vista oral con los informes finales de las 2 acusaciones particulares, que representa
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