El día del Curpillos para una peña es una intensa jornada en la que se comparte trabajo, juerga y convivencial. Sin lluvia, pero con fresca temperatura, compartimos la festividad con la Peña Zurbarán, creada hace 5 años . A las 7:45 de la mañana sale, rumbo al Parral, la tercera furgoneta cargada con los utensilios imprescindibles y los peñistas. A nadie le extraña encontrar un día como el Curpillos en el Parral olor a morro, aglomeraciones, cierto polvo en el ambiente, gente perjudicada por el alcohol a última hora de la tarde, pelusa cuando el sol aprieta y colas hasta para ir al baño. De lo que no siempre somos conscientes es del trabajo que hay detrás de cada barra, los madrugones, el frío de primera hora, las tensiones con los pedidos que no llegan, los problemas con el utillaje y el cansancio que, minuto a minuto, va acumulando el cuerpo. Para podérselo contar, este año hemos vivido la fiesta desde el otro lado de la barra acompañando desde primera hora de la mañana a la Peña Zur