El recién estrenado verano, con días todavía casi eternos, permitió ayer asistir a una cabalgata de tarde, casi de noche. Las coincidencias del calendario, que fijaba para hoy la celebración del Corpus, obligaron a hacer un poco de encaje de bolillos y colocar la Cabalgata en sábado y por la tarde, concretamente a las 20.00 horas.
En esta edición, el primer premio del concurso de carrozas, dotado con 6.000 euros, fue para la peña Antonio José, realizada en homenaje al 75 aniversario de la muerte del compositor burgalés. Según el jurado, presidido por el concejal de Festejos, José Antonio Antón, el diseño de esta peña destacó por su «absoluta innovación» en su concepto. Un gran cubo de Rubik con las caras movibles -aunque se les estropeó uno de los motores- ofrecía un homenaje a Burgos 2016. El segundo premio fue para Jóvenes de Gamonal, con la carroza 'Cuentos', de «gran armonía y gusto exquisito». En tercer lugar quedó la carroza titulada 'Hansel y Gretel', de la peña San Cristóbal. El resto de premios se repartieron entre el Centro Cultural Mexicano, cuartos, la Real y Antigua de Gamonal (5), la peña Colón (6) y Los Gamones (7). El fallo del jurado generó algunas quejas de miembros de peñas como Los Gamones y la Real y Antigua de Gamonal.
Posiblemente nunca se podrá saber cómo hubiera resultado una Cabalgata nocturna, una posibilidad que se manejó en las reuniones de la Hermandad de Peñas con el Ayuntamiento, pero ayer hubiese sido una ocasión inmejorable, con un calor intenso que aún se hacía notar a esas horas de la tarde. El desfile comenzó, como manda el protocolo, con los Gigantillos al frente.
Los franceses Planete Vapeur rompían el fuego con su montaje 'Acuática' con espectaculares figuras azules, una propuesta muy sugerente y adecuada para el día. En la edición de este año, siete fueron las carrozas que tomaron parte en la Cabalgata. Abrían el paso de carrozas los ganadores del pasado año, la peña Los Gamones, con su propuesta 'Gamonalandya'. La gente disfrutó con el paso de las carrozas y de las peñas y con las sombras, con un sol ya cayendo pero con un calor que se reflejaba en los termómetros de la calle de Vitoria, que seguían muy cerca de los 30 grados. Una jornada en la que se agradecían más chorros de agua que lanzaban peñistas que el confeti y los caramelos. EL CORREO DE BURGOS
En esta edición, el primer premio del concurso de carrozas, dotado con 6.000 euros, fue para la peña Antonio José, realizada en homenaje al 75 aniversario de la muerte del compositor burgalés. Según el jurado, presidido por el concejal de Festejos, José Antonio Antón, el diseño de esta peña destacó por su «absoluta innovación» en su concepto. Un gran cubo de Rubik con las caras movibles -aunque se les estropeó uno de los motores- ofrecía un homenaje a Burgos 2016. El segundo premio fue para Jóvenes de Gamonal, con la carroza 'Cuentos', de «gran armonía y gusto exquisito». En tercer lugar quedó la carroza titulada 'Hansel y Gretel', de la peña San Cristóbal. El resto de premios se repartieron entre el Centro Cultural Mexicano, cuartos, la Real y Antigua de Gamonal (5), la peña Colón (6) y Los Gamones (7). El fallo del jurado generó algunas quejas de miembros de peñas como Los Gamones y la Real y Antigua de Gamonal.
Posiblemente nunca se podrá saber cómo hubiera resultado una Cabalgata nocturna, una posibilidad que se manejó en las reuniones de la Hermandad de Peñas con el Ayuntamiento, pero ayer hubiese sido una ocasión inmejorable, con un calor intenso que aún se hacía notar a esas horas de la tarde. El desfile comenzó, como manda el protocolo, con los Gigantillos al frente.
Los franceses Planete Vapeur rompían el fuego con su montaje 'Acuática' con espectaculares figuras azules, una propuesta muy sugerente y adecuada para el día. En la edición de este año, siete fueron las carrozas que tomaron parte en la Cabalgata. Abrían el paso de carrozas los ganadores del pasado año, la peña Los Gamones, con su propuesta 'Gamonalandya'. La gente disfrutó con el paso de las carrozas y de las peñas y con las sombras, con un sol ya cayendo pero con un calor que se reflejaba en los termómetros de la calle de Vitoria, que seguían muy cerca de los 30 grados. Una jornada en la que se agradecían más chorros de agua que lanzaban peñistas que el confeti y los caramelos. EL CORREO DE BURGOS
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