El comercio de Gamonal se reactiva con la apertura de 30 tiendas en un año
En un contexto de crisis generalizada es difícil encontrar noticias esperanzadoras. Y a veces lo positivo está en el simple hecho de que la situación no haya empeorado. Es el caso del comercio de Gamonal, y zonas adyacentes, que desde aquel fatídico 2008 -hablando en términos económicos- se ha mantenido e incluso reactivado con un crecimiento de entre un 20 y 30%. Solo en el último año al menos una treintena de establecimientos han abierto sus puertas en este populoso barrio burgalés frente a la decena que las han cerrado, seis de ellos por jubilación y tan solo uno por no haber podido superar el primer ejercicio de rodaje, según los datos de la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Servicios Zona G.
La gerente de esta agrupación que aglutina Gamonal, Capiscol, G-9 y G-2 y G-12, Cristina Gaona, reconoce que la crisis ha incentivado las vocaciones emprendedoras y ha cambiado el típico perfil del comerciante vinculado al sector a través de la familia o de una actividad económica anterior. «El desempleo está detrás de algunos casos, pero también hay quien ha pedido la cuenta en su empresa para montar un negocio o incluso gente muy joven que tenía claro que lo suyo era este sector», comenta, al tiempo que avanza que en ese nuevo perfil hay mucha presencia masculina y joven que viene con modelos de negocios muy distintos a los tradicionales.
Cambian las características del emprendedor, pero también el tipo de negocio en el que se embarca. En este sentido, Gaona hace una diferenciación entre los negocios que buscan la especialización y los de subsistencia, pequeñas tiendas de golosinas o panaderías. Se imponen los primeros y sobre todo los relacionados con los servicios, teniendo además en cuenta que Gamonal no es territorio de grandes franquicias. Así, en la treintena de establecimientos que han abierto sus puertas en el último año encontramos un boom de zapaterías y de tiendas relacionadas con la estética, la fisioterapia, relajación o masajes, reparación de maquinaria, depuradoras, ascensores, seguros, móviles, una inmobiliaria, complementos, informática, librerías, decoración, atención a mayores, floristerías y alimentación ecológica.
La reactivación del comercio en esta zona de la capital se ha notado desde el comienzo de la crisis, aunque la gerente de la asociación asegura que este último año ha sido excepcional tanto por el número como por el hecho de que tan solo ha cerrado uno de los de nueva apertura. Y es que Gaona explica que si bien es cierto que se ha incrementado el número de establecimientos, también hay que reconocer que el nivel de supervivencia es inferior. «Puede haber dos causas, la falta de profesionalidad y la de financiación. Hay mucha gente que viene sin el llamado colchón, que lo invierte todo y no puede esperar un tiempo mínimo de amortización. El comercio no te da de vivir desde el primer día, te dará para mantenerte a partir de los 6 o los 12 meses después de haber empezado», precisa.
Al dato positivo de las nuevas aperturas, Gaona añade las 600 licencias de actividad, correspondientes a 450 establecimientos, que se mantienen desde antes de la crisis y que dan empleo directo a unas dos mil personas. «Al final la gran noticia es que no se cierra, que la gente aguanta a pesar de que muchos lo están pasando muy mal», comenta, al tiempo que matiza que las plantillas se mantienen «al mínimo exponente».
La lectura esperanzadora persiste, sobre todo si tenemos en cuenta que en el último mes la asociación ha recibido la visita de seis nuevos emprendedores interesados en abrir un negocio en estos barrios, cuyo coste no es tan barato como puede llegar a pensarse a pesar de que se ha notado una bajada de los precios. Y es que el alquiler medio de los locales de Gamonal está en unos 1.200 euros, según Gaona, que sitúa a Francisco Grandmontagne como la zona más cotizada e incluso la equipara con la calle Santander en el centro de la capital. Y respecto a los que están vacíos -que los hay-, se da la circunstancia de que son aquellos cuyas grandes dimensiones echan para atrás a los futuros empresarios que piensan en montar pequeños negocios.DIARIO DE BURGOS.
La gerente de esta agrupación que aglutina Gamonal, Capiscol, G-9 y G-2 y G-12, Cristina Gaona, reconoce que la crisis ha incentivado las vocaciones emprendedoras y ha cambiado el típico perfil del comerciante vinculado al sector a través de la familia o de una actividad económica anterior. «El desempleo está detrás de algunos casos, pero también hay quien ha pedido la cuenta en su empresa para montar un negocio o incluso gente muy joven que tenía claro que lo suyo era este sector», comenta, al tiempo que avanza que en ese nuevo perfil hay mucha presencia masculina y joven que viene con modelos de negocios muy distintos a los tradicionales.
Cambian las características del emprendedor, pero también el tipo de negocio en el que se embarca. En este sentido, Gaona hace una diferenciación entre los negocios que buscan la especialización y los de subsistencia, pequeñas tiendas de golosinas o panaderías. Se imponen los primeros y sobre todo los relacionados con los servicios, teniendo además en cuenta que Gamonal no es territorio de grandes franquicias. Así, en la treintena de establecimientos que han abierto sus puertas en el último año encontramos un boom de zapaterías y de tiendas relacionadas con la estética, la fisioterapia, relajación o masajes, reparación de maquinaria, depuradoras, ascensores, seguros, móviles, una inmobiliaria, complementos, informática, librerías, decoración, atención a mayores, floristerías y alimentación ecológica.
La reactivación del comercio en esta zona de la capital se ha notado desde el comienzo de la crisis, aunque la gerente de la asociación asegura que este último año ha sido excepcional tanto por el número como por el hecho de que tan solo ha cerrado uno de los de nueva apertura. Y es que Gaona explica que si bien es cierto que se ha incrementado el número de establecimientos, también hay que reconocer que el nivel de supervivencia es inferior. «Puede haber dos causas, la falta de profesionalidad y la de financiación. Hay mucha gente que viene sin el llamado colchón, que lo invierte todo y no puede esperar un tiempo mínimo de amortización. El comercio no te da de vivir desde el primer día, te dará para mantenerte a partir de los 6 o los 12 meses después de haber empezado», precisa.
Al dato positivo de las nuevas aperturas, Gaona añade las 600 licencias de actividad, correspondientes a 450 establecimientos, que se mantienen desde antes de la crisis y que dan empleo directo a unas dos mil personas. «Al final la gran noticia es que no se cierra, que la gente aguanta a pesar de que muchos lo están pasando muy mal», comenta, al tiempo que matiza que las plantillas se mantienen «al mínimo exponente».
La lectura esperanzadora persiste, sobre todo si tenemos en cuenta que en el último mes la asociación ha recibido la visita de seis nuevos emprendedores interesados en abrir un negocio en estos barrios, cuyo coste no es tan barato como puede llegar a pensarse a pesar de que se ha notado una bajada de los precios. Y es que el alquiler medio de los locales de Gamonal está en unos 1.200 euros, según Gaona, que sitúa a Francisco Grandmontagne como la zona más cotizada e incluso la equipara con la calle Santander en el centro de la capital. Y respecto a los que están vacíos -que los hay-, se da la circunstancia de que son aquellos cuyas grandes dimensiones echan para atrás a los futuros empresarios que piensan en montar pequeños negocios.DIARIO DE BURGOS.
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