Los cuatro colectivos sociales que estarán en el jurado del Plan Gamonal y Capiscol exponen unos puntos de partida.
El próximo lunes el plazo abierto para presentar propuestas para ser elegidas como documento estratégico a seguir en la transformación urbanística de Gamonal y Capiscol será historia. Dicho documento deberá recoger un proyecto para la reconversión de la calle Vitoria en un bulevar dotado de aparcamiento subterráneo y trazar las líneas a futuro para solventar los problemas que acechan a ambos distritos y que, fundamentalmente, se concentran en la movilidad de las personas y los transportes públicos y privados, pero sin obviar la necesidad de mejorar y ampliar zonas verdes y peatonales o facilitar la potente actividad comercial allí arraigada.
Una vez cerrada la convocatoria, será el momento de reunir al jurado que determinará quién o quiénes han imaginado las mejores soluciones a futuro. Eso lo hará un tribunal compuesto por 11 personas, que de inicio iban a ser 12 pero que ha mermado después de la renuncia del Colegio Oficial de Arquitectos a formar en el jurado por las diferencias que mantiene con el Ayuntamiento y en lo tocante a la experiencia exigida a los concursantes y las retribuciones de los técnicos que dirijan las obras futuras.
Ahí estarán (salvo cambios) el alcalde Javier Lacalle, el vicealcalde Ángel Ibáñez, cuatro técnicos del Ayuntamiento y los Colegios de Aparejadores y de Ingenieros de Caminos. Junto a ellos, un representante de cuatro colectivos vecinales: Consejo de Barrio de Gamonal, Consejo de Barrio del G-9, Consejo de Barrio de Capiscol y Asociación de Comerciantes Zona G. El voto de cada delegado tendrá «la misma validez que el del alcalde», según manifestó en su momento el mencionado Ibáñez.
Para tomar decisiones hay que ver los proyectos presentados al concurso, pero sí hay presupuestos de los que esos colectivos, para los que en algunos casos es una novedad el ser escuchado antes, durante y después, parten. A ellos, a los vecinos, a los que van a abrir la puerta de casa y se van a encontrar con las obras, a quienes tienen que aparcar cada día en un lugar en el que falta espacio para miles de vehículos, les preguntamos qué esperan encontrar y premiar en los proyectos remitidos al Ayuntamiento.
dicho queda. Desde el Consejo de Barrio de Gamonal explican que otorgarán «un voto de confianza a los diseñadores para ver cómo nos pueden sorprender», pues son conscientes de que «técnicamente casi todo es resoluble a día de hoy». Sí manifiestan su preocupación por el impacto de las obras, que se prevén de gran calado sobre todo en la calle Vitoria. «No nos imaginamos tan siquiera tener hipotecada la calle Vitoria durante dos años, entendemos que los trabajos llevarán un supuesto orden». Así que, aviso para navegantes, el plan de obra será importante.
No obstante, en el Consejo piden hacer las cosas con la calma merecida («que hagan las cosas bien y no salgamos de los problemas con parches») y, para terminar y en referencia a la ‘madre’ de todos los problemas de Gamonal, el aparcamiento, resumen que «en Gamonal, Capiscol y G-9 se necesitan aparcamientos en todo su espacio, de precio asequible y tanto en concesión como en rotación».
En el G-9, su Consejo recomienda «no hacer proyectos si no hay dinero para obras» y «no cometer los mismos errores que en el bulevar», que a su juicio pasan por no haber tenido en cuenta el aparcamiento en superficie. También solicitan «aparcamientos subterráneos asequibles al bolsillo del ciudadano», entendido por asequible «no más de 20.000 euros por plaza IVA incluido».
En lo tocante al bulevar de calle Vitoria niegan la mayor. Al menos de inicio, pues su planteamiento es «construir un gran túnel» que salve la avenida y buscar después la «solución a la superficie». Defienden esta postura porque creen que no se podrá ordenar en superficie el tránsito de transporte público, peatones, carga y descarga y vehículos privados sin dar antes una solución contundente al tráfico ‘en tránsito’. Admiten que los aparcamientos subterráneos «urgen» y consideran que Pedro Alfaro (como siempre han defendido) es una opción irrenunciable. Por cierto que ha caído mal en el seno del consejo enterarse del proyecto de parking asociado al nuevo mercado a través de los medios.
En Zona G piden primar los aparcamientos en rotación y que se tomen decisiones funcionales sin renunciar a la imaginación. «Pedimos a los técnicos que nos sorprendan», subrayan. Creen que unos usos no deben enterrar otros y recuerdan que «las técnicas actuales permiten reducir el impacto de las obras», por lo que exigirán «que no se cierre al tráfico la calle Vitoria». Sobre los aparcamientos, se limitan a señalar que «es el Ayuntamiento quien debe decidir dónde y cómo».
En el consejo de Barrio de Capiscol han sido mucho más escuetos. Para ellos «lo más urgente es la campa del Silo», si bien entienden que «la calle Vitoria es una prioridad». Sobre la planificación global de la movilidad, solicitan un mimo especial a la interacción de «vehículos particulares, personas y transporte público».
De momento, hasta ahí pueden leer. Pronto será más.DIARIO DE BURGOS
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