Soy María de España y quiero que seáis todos muy felices». «Espero que os hagan una escuela o más y que podáis estudiar». Estos son dos de los quince mil mensajes escritos que ayer, dentro de otros tantos globos de todos los colores, se hicieron al cielo de Burgos para que el viento se los llevara rumbo a lo desconocido, tal vez al mar, tal vez a África, que es en realidad el continente de destino de esta inicitiva llamada Proyecto Rubare en la que han participado más de 4.500 niños de siete centros escolares de la capital, según explicó ayer Tomás Martínez, portavoz de esta iniciativa solidaria.
Estos globos no son simples mensajes en una botella. El año pasado, varios globos llegaron a Cádiz y a Madrid. Sus receptores se pusieron en contacto con el colectivo burgalés y en esta ocasión esperan que suceda lo mismo. «Queremos que quienes reciban los mensajes interactúen y se pongan en contacto con nosotros», subraya Martínez
El proyecto
Estos globos no son simples mensajes en una botella. El año pasado, varios globos llegaron a Cádiz y a Madrid. Sus receptores se pusieron en contacto con el colectivo burgalés y en esta ocasión esperan que suceda lo mismo. «Queremos que quienes reciban los mensajes interactúen y se pongan en contacto con nosotros», subraya Martínez
El proyecto
Proyecto Rubare, Burgos con África, es una asociación sin ánimo de lucro, comprometida con el medio ambiente, con el desarrollo sostenible, y con la cooperación al desarrollo, para intentar facilitar una vida más digna, a las personas que habitan en países del tercer mundo.
Esta asociación sirve como intermediario y medio difusor, para dar a conocer la labor del Instituto de Religiosas de San José de Gerona, en África. Donde ayudan con construcciones necesarias en materia de educación y sanidad, así como en la necesidad de apadrinar a niños y familias, si es posible. Como ellos mismos admiten, «desde este humilde rincón queremos contribuir a paliar los efectos de la pobreza y la marginación, en la que se encuentra sumergida la mayoría de la población, de los países del tercer mundo. También somos conscientes del deterioro ecológico del planeta, y muy especialmente de nuestro entorno más cercano».DB
Esta asociación sirve como intermediario y medio difusor, para dar a conocer la labor del Instituto de Religiosas de San José de Gerona, en África. Donde ayudan con construcciones necesarias en materia de educación y sanidad, así como en la necesidad de apadrinar a niños y familias, si es posible. Como ellos mismos admiten, «desde este humilde rincón queremos contribuir a paliar los efectos de la pobreza y la marginación, en la que se encuentra sumergida la mayoría de la población, de los países del tercer mundo. También somos conscientes del deterioro ecológico del planeta, y muy especialmente de nuestro entorno más cercano».DB
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