Ya está todo preparado para celebrar un año más la tradicional fiesta de San Antón en Gamonal. Los cofrades terminaron anoche de picar toda la cebolla y los ajos y hoy toca pimientos. Mañana a las 5.00 horas les esperan las 17 calderas para empezar a hacer los sofritos y un par de horas después iniciar la cocción de los titos, que tardan cinco horas en estar en su punto.
El prior de la Cofradía, Vicente Rivas, está contento porque el objetivo de cada año se “va a cumplir”. Como cada 17 de enero, en las 17 calderas se emplearán un total de 2.200 kilos de titos de Villasilos, cultivados de manera expresa para la fiesta de San Antón; más 300 kilos de cebolla, 300 kilos de ajos, 100 de pimentón dulce y otros tantos de picante; pimientos, cuatro sacos de laurel, 220 litros de aceite de oliva y otros condimentos.
Rivas pide al santo patrón de los animales que “nos respete el tiempo, que no haga malo, con eso nos conformamos”, subraya. “Vamos a repartir unas 20.000 raciones para todo aquel que se acerque con su cazuela”, asegura. Para que burgaleses y foráneos puedan disfrutar de los titos y que estén listos para su reparto, hacia las cinco de la madrugada los cofrades empiezan a preparar la cocción. Durante los días anteriores ya han estado picando los ingredientes y calentando motores en la sede de la Cofradía. En el piso bajo, las calderetas ya limpias y relucientes, están dispuestas para ser usadas. Unas escaleras conducen al piso superior donde, por turnos, los cofrades se afanan en picar ajo, seleccionar los pimientos y preparar los fuegos.
Una tarea que se prolonga hasta las siete de la tarde los días previos a la fiesta. Y es que la tradición de siempre marca que los días anteriores a San Antón los criados y mayordomos de la Cofradía debían limpiar los titos y ponerlos a remojo para después acudir con los demás cofrades a vísperas.
Desde 1502.burgosconecta.
La costumbre de distribuir alimentos a los pobres y peregrinos del Camino de Santiago en el día de San Antón se mantiene hoy en día muchos siglos después del inicio de esta santa costumbre. La Cofradía del santo tenía en aquella época seis calderos de comida para repartir entre los menesterosos; una tradición que “data del año 1502”, explica Rivas.
Siglos después, la tradición se mantiene, pero ha sufrido una transformación, porque aquel reparto de alimentos se ha quedado sólo en la costumbre de “bendecir y repartir los titos, con motivo de la fiesta de San Antón”, señala el prior.
Es costumbre que a las 12.00 horas se celebre la misa en honor al santo en la iglesia parroquial de La Antigua. La tradición marca que los actos religiosos los presida la propia Cofradía de San Antón, con insignias, y los cofrades con sus velas encendidas. Y al final del acto religioso, el párroco de Santa María la Real y Antigua de Gamonal, Domiciano Juarranz, bendecirá, antes del reparto de los titos, a los animales que portan los vecinos del barrio.
Bendición
Los sacerdotes y autoridades de la ciudad se desplazan a la casa de los maestros, donde se procede a la bendición de los titos y su posterior reparto, que suele tener lugar alrededor de las 13.30 horas, pero desde primea hora de la mañana, los vecinos ya harán cola para recibir su ración de titos, como mandan los cánones.
Y ¿por qué titos? Según cuentan los propios cofrades, el pueblo viejo de Gamonal tenía centenares de hectáreas dedicadas al cultivo de esta legumbre que siempre nacía al arrullo del río Pico. Precisamente los devotos acudían al Pico para llenar las cubas de agua con la que realizar la cocción.
La Cofradía de San Antón participa a lo largo del año en diferentes actividades comunes, como el Encuentro de Cofradías diocesanas o la participación en la fiesta del Corpus Christi. Rivas apunta que la institución cuenta “con 32 cofrades” y afirma que “sí hay relevo generacional”. Para ser miembro sólo se necesita “tener ganas, conocerla y luego que los socios lo aprueben”.
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