El plan de la Universidad de Burgos para la llamada nueva normalidad en la que se entra el lunes incluye como novedad la apertura de las salas de estudio, que en un principio iba a hacerse efectiva durante la fase 3 del proceso de desescalada pero que finalmente no se materializó por «prudencia». Ahora y con el objetivo de ofrecer un «servicio público», pensando principalmente en los estudiantes de Bachillerato que están preparando la antigua Selectividad, la institución académica ha decidido levantar la restricción y permitir el acceso a distintos espacios con límites de aforo y la obligación de cumplir normas como el uso de mascarillas por parte de los usuarios.
Los espacios para este fin que entrarán de nuevo en funcionamiento son los de la Biblioteca Central, donde podrán ocuparse 230 puestos, así como las salas de la Escuela Politécnica de la Milanera y de la del campus del Vena, con 80 y 50, respectivamente. En todos los casos, la capacidad se ha visto reducida al 40% para que pueda cumplirme la medida de distanciamiento social de 1,5 metros. Las máquinas expendedoras de bebidas o alimentos no podrán usarse.
Los servicios de limpieza, que han incrementado los turnos desde que se inició el retorno a la actividad presencial del personal, aumentarán su presencia en estos emplazamientos, al igual que el personal de vigilancia, que «velará para que no se produzcan agrupaciones de personas», según indican fuentes de la UBU, que hacen un llamamiento al «uso responsable» de las instalaciones.
Dentro también de esa nueva normalidad, se permitirá la apertura de las cafeterías de los distintos centros académicos, si bien la decisión dependerá de las empresas concesionarias del servicio, que deberán comunicarlo previamente. No obstante, durante el tiempo que estén cerradas por falta de actividad académica no tendrán que abonar el canon a la Universidad, mientras que ese mismo periodo se extenderá una vez que finalice el periodo máximo de explotación.
En cuanto a la vuelta de los trabajadores a la institución, donde ha primado el teletrabajo, la próxima semana se producirá la reincorporación progresiva de la plantilla del personal de administración y servicios (PAS), teniendo en cuenta que su presencia física en el campus ha ido aumentando a medida que se iba retomando la actividad presencial. Por lo que se refiere a los profesores e investigadores, la situación no varía respecto a la actual fase 3. Es decir, que pueden acudir a los centros sin necesidad de autorización siempre y cuando sea necesario. De igual forma, está permitido el acceso de los alumnos de programas de doctorado, aunque en este caso sí que se requiere de permiso previo por parte del Vicerrectorado de Investigación, lo mismo que ocurre con la defensa de tesis que, por causas justificadas, no puedan realizarse online.
El resto de estudiantes de la institución también puede acudir al campus pero de manera puntual para realizar trámites administrativos y académicos que requieran de presencialidad, además de para recoger material. El segundo y último semestre de este curso finaliza el próximo viernes, 26 de junio, por lo que la demanda de salas de estudio por parte de los alumnos de la UBU es notablemente inferior a la de años anteriores. De hecho, para este ejercicio los horarios especiales con motivo de la época de exámenes iban a comenzar el 25 de abril, si bien el estado de alarma obligó a cerrar todas las instalaciones del campus en marzo.DB
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