En el colegio concertado Santa María la Nueva y San José Artesanos están matriculados este curso 1.650 alumnos de todos los niveles educativos, incluido Formación Profesional. A diferencia de lo que ocurre en otros centros, la amplitud de sus instalaciones permitirá realizar desdobles en Infantil y Primaria, etapa que ocupa un edificio separado del resto, si bien en este caso resulta imposible por la falta de recursos humanos. Su directora, Marimar Rubio, confía en los efectos positivos que pueda tener la ampliación del cupo por parte de la Junta, que aún no ha anunciando la distribución por provincias de esos 600 docentes más.
Nuria Camarena, responsable del Río Arlanzón, valora este anuncio «como un reglado porque no los esperábamos», además de que permitirá desdoblar grupos con 15 alumnos por clase hasta segundo de Primaria. En su centro han habilitado tres nuevas aulas, que antes se destinaban a otros usos, a lo que se añade la apertura de las tres entradas existentes, sin que esto suponga un cambio de horarios.
Camarena avanza que las familias deberán firmar un compromiso «personal» para que no lleven a sus hijos al centro en caso de que presenten síntomas compatibles con la covid-19, mientras que la mascarilla será obligatoria en los espacios comunes pero no dentro del aula al ser grupos de convivencia estables. En esas zonas compartidas, como es el patio y a pesar de sus escasas dimensiones, se compartimentará con vallas en los recreos, ampliándose su horario para que bajen de tres en tres cursos.
Un sistema parecido es el que establecerá el Santa María la Nueva y San José Artesano. Rubio admite el «desconcierto» y la «incertidumbre» existente porque «no sabemos lo que va a pasar». Y es que, considera que dada la situación supondrá «una prueba de fuego» generalizada de vuelta a espacios cerrados en los que se concentran un volumen importante de personas.
La responsable de este centro asegura que resulta más complicado el regreso a las aulas en Secundaria que en Infantil y Primaria, al tiempo que lamenta que se esté hablando poco de la FP. «La hemos dejado olvidada y tiene un planteamiento eminentemente práctico que no se puede realizar online», remarca. En cualquier caso, confía en la responsabilidad de los alumnos y en el «buen haber» de toda la comunidad educativa de cara al próximo curso, reforzando durante el primer trimestre lo trabajado de forma telemática desde marzo.DB
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