En cualquier otro curso escolar, las familias conocían desde abril si contaban con ayuda pública para asumir el coste del comedor de sus hijos. Este año la pandemia ha retrasado todos los procesos administrativos y no será hasta septiembre, antes de que empiecen las clases el día 9, cuando se conozca la resolución de esta convocatoria de manera definitiva. Por el momento, lo que sí se sabe es que se han incrementado un 7,5% el número de solicitudes recibidas al pasar de las 2.982 del pasado ejercicio lectivo a las 3.213 del próximo, según la información facilitada por la Consejería de Educación de la Junta.
Por el momento, la convocatoria se encuentra en el proceso de subsanación de errores de aquellas solicitudes que no tienen completa toda la documentación requerida o que han sido reclamadas. No obstante, se abrirá un segundo procedimiento el próximo mes para las nuevas matriculaciones, con lo que se prevé que la cifra de peticiones y beneficiarios vaya en aumento, a pesar de que durante el periodo lectivo 2020-2021 se prevé un descenso generalizado del número de matriculaciones.
La principal causa que explica este incremento del número de peticiones tiene que ver con las consecuencias económicas de la pandemia en los hogares, tal y como subraya el presidente de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres (FAMPA) de Burgos. «Muchas familias han sufrido pérdidas de empleo o se encuentran en ERTE», asegura Francisco Sánchez. No obstante, otras fuentes apuntan, además, al retraso en el tiempo que ha sufrido la publicación de la convocatoria, que permite acumular más solicitudes en aquellos casos de familias que se trasladen a Burgos desde otras provincias.
Alumnos transportados. En la convocatoria ordinaria del pasado ejercicio se concedieron el 80% de las instancias presentadas, lo que en términos absolutos superó las 2.400, de las cuales el 58,7% obtuvo la gratuidad total del comedor escolar, mientras que el 32% recibió la mitad del coste y el 9,2% el 75% del mismo. A esos beneficiarios hay que sumar los alumnos transportados de otros centros, que están exentos de pago y que el curso anterior sumaron 1.470.
Respecto al funcionamiento de este servicio, la Fampa muestra su preocupación por la continuidad de los comedores escolares para aquellos comensales que lo utilizan de manera esporádica y no diaria. Al respecto, hace referencia a uno de los puntos incluidos en el protocolo de prevención y organización de los servicios complementarios, publicado a principios de julio y donde se incluyen también el transporte y las actividades extraesolares, que se han suspendido durante el primer trimestre. Concretamente, al apartado recoge que estos usuarios solo podrán acudir en los «casos en los que exista espacio suficiente para garantizar» las normas de seguridad. «Los centros en los que no se dé esta situación deberán comunicar el límite de plazas existente», añade.
«Creemos que debe garantizarse el comedor a todos los escolares y estaremos pendientes de que esto sea así y no surjan problemas», subraya Sánchez, que avanza que esta preocupación ya se ha puesto en conocimiento de responsables de la Consejería de Educación para que «no se quede fuera ninguna familia». En cuanto a la organización del servicio, ve necesario que se habiliten nuevos espacios porque, según precisa, en «algunos colegios ya existen varios turnos», mientras que recuerda que el protocolo de la Junta contempla la posibilidad de realizar un turno inicial previo con los alumnos de Infantil para evitar que el periodo de comida «sea excesivamente largo». DB
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