Los tópicos del frío burgalés pasan a ser realidades cuando se constatan a la luz de los consumos. Los chistes sobre el queso fresco se comprenden mejor si los análisis técnicos se detienen a comprobar cuánto frío se pasa a orillas del Arlanzón y qué se hacerse para combatirlo. Porque según un estudio titulado ‘Escala de calificación energética para edificios de nueva construcción’, elaborado en 2009 por el Ministerio de la Vivienda, la burgalesa es la que más demanda de calefacción presenta entre todas las capitales españolas.
Medido en kilovatios hora por metro cuadrado, Burgos presenta una cifra de 113,1 en las viviendas unifamiliares, dato que se rebaja hasta las 77,1 en el caso de los bloques residenciales. Los pisos, por tanto, consumirían un 32% menos que las casas.Centrándonos en estas últimas, por encima de los 100 solo encontramos otras dos capitales castellanas: Ávila y Soria, por este orden, completan el pódium más frío, seguidas a corta distancia por Teruel y León. El orden de la clasificación no varía en el caso de los bloques de viviendas, aunque en este caso las demandas rozan los 70 kWh/m2.
En el polo opuesto encontramos las viviendas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, con consumos ridículos que no llegan a 10 ni en el caso de las viviendas unifamiliares.
En cuanto a la refrigeración, los burgaleses pueden presumir de presentar una demanda de cero absoluto (siempre según este informe del Gobierno). El privilegio de poder dormir todo el año lo comparten con Ávila, Bilbao, La Coruña, Lugo, Oviedo, Palencia, Pamplona, Pontevedra, Soria y Vitoria, mientras que capitales como Córdoba y Sevilla superan los 30 puntos de demanda de refrigeración y ocupan de forma destacada los primeros lugares del país, seguidas de cerca por la ciudad de Jaén.DB
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