Accidentes de tráfico, reyertas, caídas a pie de calle o en el domicilio... Ante cualquier incidente con personas heridas, el papel de los primeros intervinientes puede ser clave. En ocasiones, incluso, «esos primeros minutos son determinantes para salvar vidas». Por ello, la Policía Local de Burgos ha decidido formarse en control de hemorragias masivas. Además, las patrullas que se encuentren de servicio portarán un botiquín en el interior de los vehículos, por si se antoja imprescindible efectuar «una primera aproximación que muchas veces puede llegar a ser extrema».
Las jornadas formativas arrancaron ayer en las instalaciones de la Policía Local de la avenida Cantabria. Según detallaba la concejala de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero, la propuesta ha sido secundada por «prácticamente la totalidad de la plantilla». Ante el éxito de la convocatoria, cada turno consta de 30 agentes que, a lo largo de cuatro horas, se familiarizan con la aplicación adecuada de vendajes, control de hemorragias, tratamiento de heridas o realización de torniquetes. Tras 60 minutos de teoría, los participantes se dividen en grupos de 10 para poner en práctica los conocimientos adquiridos.
«Vais a salvar vidas porque vais a agilizar procesos», señalaba la edil al primer grupo de agentes que desde sus pupitres aguardaban expectantes el inicio de la jornada. No solo por la utilidad de este curso para estabilizar a cualquier herido de gravedad antes de que se personen los servicios sanitarios, sino también por su propia «seguridad» en una «situación extrema en la que se dan percances que pueden afectar a los agentes». Partiendo de ambas premisas y a sabiendas de que el tiempo es oro cuando la sangre brota, el Ayuntamiento ha adquirido una docena de botiquines con el material necesario para actuar rápido y de manera eficaz.EL CORREO DE BURGOS.
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