Tras conocer que la monitoria que cuida a sus hijos en el comedor escolar ha dado positivo -por lo que deben permanecer en casa hasta que se practiquen las pruebas de PCR y de forma preventiva hasta el 26 de septiembre-, los padres de los 33 niños afectados en el colegio Santa María exigen celeridad a la Consejería de Sanidad en la Junta de Castilla y León.
«Tenemos mucha ansiedad», relata S.S.M, la madre de uno de los alumnos afectados. Lo hace consciente de que si su hija de siete años obtiene un resultado positivo en coronavirus habría que avisar cuanto antes a su entorno. «Al final yo me voy a quedar en casa pero ellos están haciendo vida normal», explica con preocupación porque en estos días de fiestas patronales muchas de las familias se han ido de vacaciones fuera de Aranda. «Mis hijos por ejemplo se fueron con su padre un día a la playa», advierte convencida de que si las pruebas no se realizan con rapidez «el virus se puede extender mucho más».
La organización en su casa se complica. «Yo trabajo en una bodega. Este fin de semana íbamos a empezar a recoger la uva blanca Albillo y me tengo que quedar aquí», lamenta esta madre que ha optado por confinar a todo el núcleo familiar. «Según el protocolo mi hija pequeña de cuatro años podría seguir yendo al colegio pero no quiero poner en riesgo a nadie».
En el Ampa del colegio, el presidente, David Blasco, denuncia además las dificultades que estos padres están teniendo para hacerse las pruebas. «Como la Consejería debe notificar al colegio las citas para que vayan a la clínica Quirón, la Seguridad Social se las niega», señala con la mirada puesta también en la dirección de un colegio que solo ha informado de forma oficial a las familias afectadas. «El resto nos hemos ido enterando por el boca a boca. No ha habido un comunicado general».
En el Ampa del colegio, el presidente, David Blasco, denuncia además las dificultades que estos padres están teniendo para hacerse las pruebas
Desde la empresa encargada de la gestión del comedor, Ausolan, no facilitan información al respecto. Los pormenores de este positivo son así desconocidos tanto para la dirección del colegio como para los padres afectados. «A nosotros solo nos han dicho que hay un positivo pero no nos han explicado si fue un control rutinario o tenía síntomas», explica la directora quien desconoce también el estado de la trabajadora del servicio externalizado.
Calma
En el colegio, un día después del confinamiento, el centro escolar arandino retoma su actividad con relativa calma. Incluso se mantiene el servicio de comedor. «Están todos bien», tranquiliza la directora, María Asensio, mientras deja claro que el protocolo «se ha cumplido a rajatabla» tanto en la distancia social con el desdoblamiento de clases para no superar los cupos establecidos y la separación de niños por grupos como en las labores de limpieza, de ventilado de clases cada hora y de utilización de geles hidroalcohólicos.
«La separación de niños por grupos nos va a permitir saber con quién ha estado cada niño si hay algún positivo», explica consciente de que en el comedor es el único momento del día en el que los alumnos no tienen puesta la mascarilla.
«La separación de niños por grupos nos va a permitir saber con quién ha estado cada niño si hay algún positivo»
Junto a las medidas preventivas aplicadas en este colegio, la Junta de Castilla y León puso ayer en cuarentena a cuatro clases del CEIP ‘Anduva’ (Miranda de Ebro). «Los equipos COVID-colegios realizarán pruebas diagnósticas PCR a sus compañeros, así como a los docentes que hayan mantenido contacto con las aulas», señala la administración en un comunicado donde recuerdan a los padres de los niños que están pendientes de pruebas o de resultados de PCR «que no los lleven a su centro educativo».EL CORREO DE BURGOS.-
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