La movilidad de la capital burgalesa ha sufrido varios cambios a lo largo de este año con la entrada en vigor de la nueva ordenanza. Ésto ha obligado al Ayuntamiento a reforzar la vigilancia para conseguir un cumplimiento mayoritario, tanto de ciclistas y usuarios de patinetes, como a conductores de vehículos y transportistas en el caso de los horarios de carga y descarga. Tanto es así, que en apenas nueve meses los radares de la Policía Local han multiplicado por cinco su actividad punitiva.
Según ha informado esta mañana la concejala de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero, hasta septiembre el cinemómetro móvil ha tramitado a 3.460 vehículos por sobrepasar los 30 y los 50 kilómetros por hora. Son 2.865 multas más que en todo el año pasado.
También se ha percibido un aumento en las sanciones de los cajetines fijos, los cuáles han 'cazado' hasta el momento a 1.312 conductores que infringieron los límites de velocidad establecidos. En este caso, el repunte es inferior, pues en 2019 se levantaron 469 actas de denuncia debido a que durante varios meses el dispositivo estuvo inactivo.
Las multas también se han extendido a ciclistas y usuarios de los llamados vehículos de movilidad personal que han incumplido la ordenanza de movilidad, aunque el número es claramente inferior. La Policía Local ha denunciado a 168 bicicletas y a 56 patinetes.
Mucho mayor es el número de denuncias a transportistas que han incumplido en los últimos meses los horarios de carga y descarga en las zonas peatonales habilitadas. En este caso, se han contabilizado hasta el momento 1.110. DB
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