La progresiva disminución de personas con la enfermedad del coronavirus en planta en el HUBU (de 248 a 226 en la última semana, un 8,9% menos) ha permitido a la gerencia del complejo asistencial frenar, al menos de momento, el traslado al Divino Valles de otro grupo de pacientes de Psiquiatría; un servicio que hace dos semanas ya llevó a doce de sus enfermos hospitalizados a Fuente Bermeja. Este incipiente alivio en planta, sin embargo, todavía no se ha replicado en la UCI, donde ayer estaban ocupadas 57 de las 63 camas habilitadas en esta segunda oleada: 41 por complicaciones de la covid-19 y otras 16 por patología diversa.
La ocupación en la UCI ‘extendida’ era ayer del 90% (del 237% con respecto a la dotación estructural del HUBU, que se inauguró con 24 camas para críticos), pero se confía en poder equilibrar ingresos y altas en los próximos días para evitar así la prolongación de la unidad de cuidados intensivos hacia los quirófanos. De esta manera, y siempre y cuando Burgos mantenga la tendencia descendente de nuevos contagios y de hospitalizados, el HUBU podría recuperar actividad quirúrgica programada y operar en sus instalaciones a pacientes en lista de espera que ahora están siendo intervenidos en Recoletas (pero por personal de Sacyl). En este segundo pico pandémico el hospital ha intentado mantener abiertos cuatro quirófanos al día para intervenciones oncológicas no demorables y otros dos o tres para las urgencias. Pero la planificación podría ser más ambiciosa si se confirma que la segunda oleada está remitiendo, tanto en la capital como en la provincia.DB
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