Que ningún niño de Burgos se inquiete. Los Reyes Magos vendrán a la ciudad, recogerán las cartas y entregarán los regalos como cualquier otro año. Lo que cambia es que va a ser un poco más difícil poder verlos de cerca, pues la pandemia de la covid-19 impide la celebración de la tradicional Cabalgata de Reyes en la tarde del 5 de enero. Sin embargo, el Ayuntamiento está buscando alternativas para intentar que Sus Majestades reciban a los niños, aunque sea a través de recepciones de pequeño formato.
La concejal delegada de Festejos, Blanca Carpintero, explica que la organización de llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar la tienen «un poco en el aire». La Consejería de Sanidad debe facilitar las instrucciones pertinentes para la celebración de la Navidad en Castilla y León. Se esperaba poder haber avanzado en este sentido en la reunión del Consejo Interterritorial de Salud celebrada el miércoles, pero el asunto no se llegó a tratar y, ahora, hay que esperar a ver qué decisiones se toman en próximas jornadas.
«Los Reyes Magos van a venir a Burgos, seguro», insiste Carpintero, y se buscan fórmulas para que puedan acercarse a los niños, pero hasta que no se tengan concretadas ni asegurado que se puedan realizar, la concejal prefiere no avanzarlas. Cierto es que se ha hablado de hacer recepciones en los polideportivos, pero quedan muchas normas que concretar con Sanidad, pues cualquier evento que suponga concentración de gente en espacios cerrados genera incertidumbre.
Así que, pendientes de la recepción de Sus Majestades, lo que sí se sabe ya es que no habrá problema para recibir a los emisarios reales. Se mantienen los encuentros para que los niños les entreguen las cartas con la petición de regalos, aunque los aforos serán mucho más limitados. Además, a las habituales recepciones en el Salón Rojo del Teatro Principal y en la Casa de Cultura de Gamonal se va a unir un tercer escenario, el Teatro Clunia, y así se palía en parte la reducción de aforo.
Cultura en el Monasterio de San Juan
La programación navideña, que está prácticamente completada a falta de conocer las normas sanitarias, convierte al Monastertio de San Juan en protagonista. En sus instalaciones tendrán lugar los habituales conciertos de Navidad, que se suelen hacer en la calle pero que, en esta ocasión, pasan a interior y con control de aforo. También se llevará a cabo en el monasterio un espectáculo de videomapping, «para disfrutar en familia», apunta Carpintero, un concierto de la Banda Ciudad de Burgos y un espectáculo teatral. Y edificios como el Arco de Santa María o el Palacio Provincial se llenarán de proyecciones con personajes típicos navideños.
La celebración de otros clásicos de la Navidad burgalesa, como el Obispillo, también está muy pendiente de lo que diga Sanidad. El Obispillo recorre las calles de Burgos el 28 de diciembre, a lomos de un caballo blanco, hasta llegar a la Plaza Mayor. Y desde el balcón de la Casa Consistorial, el niño de la Escolanía de Pueri Cantores de la Catedral de Burgos se encarga de hablar para el público asistente, haciendo una petición al alcalde. Habrá que ver cómo se puede organziar el evento, cumpliendo las medidas sanitarias.BURGOSCONECTA
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