El calentamiento global no deja de ofrecer pruebas sólidas a quienes todavía dudan de su realidad. Que el planeta se está calentando lo comprueban día a día en los polos o en los desiertos, y lo mismo ocurre en la meseta castellana.
El observatorio que la Agencia Estatal de Meteorología tiene en el aeropuerto de Burgos ha registrado a lo largo de la última década ocho récords diferentes de calor. Para empezar con lo más llamativo, en dos ocasiones se han roto las máximas absolutas para ese mes, con los 38 grados de julio de 2020 y los 38,8 de junio de 2019.
Pero también se han observado efemérides en tres temperaturas medias de las máximas más altas, como ocurrió en octubre de 2017, diciembre de 2015 y febrero de este mismo año que está a punto de acabar. En otro par de ocasiones la media mensual superó los registros existentes desde 1944, fecha en la que oficialmente se puso en marcha la estación de Villafría. Ha sido en octubre de 2014 y nuevamente en el pasado mes de febrero, que destacó por su templanza.
Y finalmente, la media de las mínimas más altas se ha apuntado en abril, ya en pleno confinamiento, cuando los termómetros no bajaron por la noche de un promedio de 6,3 grados, muy por encima de las heladas a las que antes se acostumbraban por estos lares.
Todo ello ha quedado reflejado en un análisis que la AEMET ha publicado coincidiendo con la finalización de la década. Tal y como informan desde el Ministerio de Transición Ecológica del que depende la Agencia de Meteorología, se han tomado como base alrededor de 80 estaciones meteorológicas repartidas por toda la geografía española y con datos disponibles durante al menos cuarenta años.
La conclusión es que «se han registrado 1.509 efemérides de temperatura en el período 2011-2020, de las cuales 1.430 fueron récords cálidos, en donde la variable alcanza un valor por encima del previo, y tan solo 79 récords fríos». Es decir, el 95% de los récords de temperatura registrados en el último decenio ha correspondido a récords cálidos y por cada efeméride fría se han producido 18 que demuestran el cambio climático.
Siempre siguiendo la explicación oficial, este mismo parámetro se sucede también a nivel mundial. «Hemos vivido el septiembre y noviembre y el tercer octubre más cálidos en el planeta desde que hay datos, es decir, desde 1880. La extensión de hielo marino en el Ártico fue la menor para un mes de octubre, y la segunda menor para un mes de septiembre y noviembre desde que éste se monitoriza, es decir, desde 1979. En Europa, el otoño de 2020 ha sido más cálido, con unos meses de septiembre y octubre, así como el segundo noviembre más cálidos del continente desde 1880», alertan.
fenómeno europeo. Muy posiblemente 2020 será declarado el año más cálido en Europa desde finales del siglo XIX y uno de los tres ejercicios más tórridos en el conjunto del planeta. De hecho aún disputa un posible primer puesto mundial con 2016, a expensas de los valores que marque este diciembre que por ahora en Burgos no está siendo especialmente frío, a la espera de lo que nos deparen las fechas navideñas.
Para ellas se espera una notable bajada de las temperaturas y algunos modelos apuntan incluso que podríamos ver nieve. Un enfriamiento puntual en medio de la tendencia general que empuja en sentido contrario.
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