Paloma, risueña, nos espera en su pajarita de papel para iniciar un viaje por las alturas. El objetivo es conocer las aves de nuestro entorno una a una. En el viaje esta presente desde el patito feo a las gallinas y aves domesticas. También hay tiempo para conocer a las mas exóticas o las aves rapaces, las que están presentes en un humedal o los buitres leonados esperando en los riscos en los que se transforma el libro de Rubén Arrabal. Por la ruta, con un lugar de entrada y otro de salida y elementos dispersos para garantizar las medidas de seguridad que se deben sortear en estos tiempos de la Covid, en ocasiones Paloma tiene un ayudante. Se trata del Señor Búho que nos habla de una serie de curiosidades de algunas aves. Y en el patio cubierto del monasterio una recreación de la caza. Animales predadores como el buitre o el zorro persiguen las huellas de pájaros como la perdiz o la lechuza aunque también esta presente la urraca, la cigüeña blanca o la abutarda.
Aunque todos los caminos, por el pasillo del monasterio o por el vuelo de la imaginación, llevan a Félix Rodríguez de la Fuente. El salón del libro hace un homenaje al naturalista burgalés en el 40 aniversario de su fallecimiento. Recrean un salón con una televisión, esa por la que Félix trasladó su mensaje de amor a los animales al mundo, ademas de murales sobre su vida y su labor.
En la muestra también hay una serie de elementos relacionados con la fascinación que el ser humano tiene por el universo de las aves. Desde elementos de cetrería, cuadernos de ornitología o los penachos y gorros de plumas que han vestido todas las poblaciones del mundo, desde Oceanía a África.
Es la propuesta del XIII Salón del Libro Infantil y Juvenil de Burgos que llega, un poco mas tarde de lo previsto, pero con muchos ‘Pájaros en la cabeza’. «Ha sido una lástima que estaba todo montado y vacío, sin nadie que lo pudiera disfrutar», decían algunos de los responsables de la organización en la inauguración ayer, 11 de diciembre, 24 días después de lo previsto.
La Covid esta muy presente ya que este año no se pueden realizar las tradicionales visitas guiadas. Pero la visita libre se puede realizar en el horario de apertura del monasterio (de martes a sábados de 11 a 14 horas y de 17 a 21 horas y domingos de 11 a 14 horas). Para el resto de actividades hay que plantear una reserva. Para las visitas guiadas a la exposición y la realización de talleres y actividades, que se realizan en horario de tarde y de mañana los sábados y festivos, es necesario reservar por teléfono (699067791 de lunes a viernes de 18 a 21 horas y sábados de 10 a 13 horas). La reserva solo puede realizarse para la semana en curso dentro de un extenso programa que incluye una serie de talleres que «serán en el claustro y los que son manipulativos tendrán un kit, que luego se llevarán a casa, aunque la mayoría son más visuales, cuentacuentos o exhibiciones», explicó en la inauguración la concejal de Cultura, Rosario Pérez Pardo. Para los espectáculos teatrales, en la Sala Capitular, se pueden retirar entradas en la Casa de Cultura de Gamonal, el Teatro Principal, Cutural Cordón o CAB de manera presencial o en el servicio de telentradas. El precio es un euro, más la comisión si la compra es por internet.
MIL GRULLAS DE ORIGAMI POR LA SALUD
El 6 de agosto de 1945, Sadako Sasaki se encontraba en su casa. En Hirosima. A 1.700 metros de su vivienda cayó la bomba atómica. Los daños de la exposición a esa explosión se dejaron ver diez años después en forma de leucemia y tumores. En su estancia en el hospital conoció la historia de las grullas de origami. Si logra hacer mil podría cumplirse su deseo. Sasako solo quería salud para seguir creciendo. Una esperanza de vida que le mantuvo pegada a una hoja de papel, elaborando grullas de origami, hasta que falleció. Había logrado 611 y, el resto, hasta mil, las confeccionaron sus amigos y familiares. Desde entonces las mil grullas de origami se convirtieron en un símbolo de salud, prosperidad y paz.
El Salón del Libro Infantil y Juvenil recoge el testigo de Sasako y traslada el reto a los burgaleses. «Nos parecía bonito unirnos todos en este deseo de paz y prosperidad para lograr las 1.000 grullas de origami con la colaboración de todos y lanzar ese mensaje de esperanza», explican desde la organización.
Así, en la entrada al salón se dispone una estantería de pajaritas de papel de varios colores. En total 87 que esperan unirse a otras 913, al menos, de los visitantes. Los burgaleses podrán llevar sus pajaritas de papel o hacerlas después de alguna actividad. Quienes acudan a los cerca de 45 talleres didácticos, que se realizarán por las tardes, recibirán papeles de colores para poder realizar su grulla. DB
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