Factores como las apelaciones a la responsabilidad colectiva, el miedo al contagio, la llegada del mal tiempo, las precauciones extras en toda la provincia, los cribados o las medidas de restrición, todos juntos o por separado, han ayudado a doblegar la curva de expansión del coronavirus en Burgos hasta el punto de que la incidencia va camino de igualarse con la del resto de la Comunidad.
Por el momento la cifra de contagios se reduce y el dato del número reproductivo básico instantáneo, que es el promedio de personas que cada persona contagiada puede llegar a infectar, es ahora en Burgos, con un 0,76, el tercero más bajo en Castilla y León. Poco a poco, la provincia avanza para salir de la situación de nivel 4 de alerta en el que la Junta la enclavó hace varias semanas.
La tasa de incidencia en la provincia de Burgos sigue evolucionando favorablemente y ha pasado de los 1.342 casos registrados hace prácticamente un mes, el 23 de noviembre, fecha en la que se alcanzó el pico de la segunda ola de la epidemia, a los 256 que contabilizó ayer la Consejería de Sanidad .EL CORREO DE BURGOS.
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