El cambio de las tarjetas de autobús urbano por otro modelo más seguro se vuelve a retrasar. Se anunció para finales de enero pero finalmente no será posible y será ya avanzado el próximo mes. Hay que renovar 140.000, una por una manualmente, y aunque se procederá a contratar a ocho personas para agilizar el proceso en puntos habilitados en los centros cívicos, los tres meses previstos se antojan un plazo ajustado para semejante tarea.
Al parecer problemas informáticos estarían detrás del nuevo retraso, según se ha comunicado a los consejeros del Samyt durante la celebración del consejo de administración en el que se analizó el funcionamiento del nuevo mapa de autobuses urbanos implantado el 1 de enero, que reduce de 32 a 23 las líneas.
El balance del funcionamiento es «satisfactorio», según el concejal Leví Moreno aunque se han realizado algunos ajustes para mejorar la entrada de algunas líneas al HUBUo a Villalonquéjar. DB
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