La festividad de San Sebastián, patrón de la Policía Local, ha sido siempre una fecha señalada en la que los mandos reivindican el papel del cuerpo municipal y se marcan nuevos retos para el año que comienza. No pudo serlo en 2021. La celebración quedó en la intimidad y el único acto que se pudo celebrar fue el repaso a la memoria de un 2020 que, con la reestructuración interna del colectivo de seguridad y la entrada en vigor de la Ordenanza de Movilidad, se presumía intenso. Pero la pandemia lo truncó todo. Incluso en la frialdad de los datos, el virus dejó su impronta. Más allá de las decenas de miles de intervenciones que protagonizaron los agentes desde el 15 de marzo, el documento presentado por los mandos y por la concejala delegada, Blanca Carpintero, refleja un descenso en áreas tan importantes como el de Tráfico. Bajó la movilidad y, por ende, los accidentes y las sanciones. Solo los radares, tanto el fijo como el móvil, mostraron un incremento. Y no fue precisamente anecdótico, pues los cinemómetros estuvieron especialmente activos al triplicar las sanciones.
Puede sonar a consuelo, pero algo bueno tendría que tener que la población se pasara casi tres meses encerrada en su casa. El uso del vehículo fue prácticamente anecdótico durante muchas semanas y por eso hubo una notable caída de la siniestralidad. De los 2.762 accidentes de 2019 se pasó a los 1.846 de 2020, un 33% menos. Fragmentados por meses, se observa con claridad la llegada del coronavirus. En enero y febrero se superaron los 200 incidentes, en marzo se redujeron a la mitad y en abril fueron apenas 40, todos ellos sin heridos.DB
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