A medida que se acumulan registros, el análisis de aguas residuales en busca de la presencia de la covid-19 se hace más útil. Los primeros informes, de octubre y noviembre, ya permitieron comprobar que los repuntes de contagios dejan su huella en las aguas residuales. Es más, se reflejan antes incluso de que se detecten en los centros de salud. Ahora, tras cuatro meses de análisis, se ha demostrado que son una herramienta eficaz para delatar al virus y poder tomar decisiones con anticipación.
«Ha quedado demostrado que los análisis de aguas residuales son eficaces para monitorizar el virus», insiste el concejal delegado de Aguas de Burgos, Miguel Balbás, quien ha presentado los resultados de los análisis realizados. Y, en ellos, se ven reflejados los repuntes de la covid, en la segunda pero también la tercera ola, o los aumentos de los casos que han dado lugar a sendos cribados selectivos en los centros de salud Comuneros y Los Cubos, este último activo hasta el martes.
Los peores registros en la ciudad, hasta la fecha, corresponden a los estudios realizados el 18 de noviembre y el 9 de diciembre, días en los que se tomaron las muestras en la red de alcantarillado de la ciudad. Entonces, se detectaron 18,2 y 19 millones de unidades genómicas por litro de agua (la unidad que se utiliza para medir la presencia de la covid-19), de media, entre los cuatro sectores en los que se ha dividido Burgos para el proyecto: Fuentecillas, Zona Sur, Huelgas y Centro-Gamonal (este último aglutina al 70% de la población y está subdividido en seis sectores).BURGOSCONECTA
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