Las cifras de ejecución del gasto municipal durante el cuarto trimestre reflejan que en el año de la Covid el Ayuntamiento ha dejado sin gastar 51 millones de euros. Una cantidad que se resume en que el ejecutivo municipal ha guardado uno de cada cuatro euros presupuestados para 2020. En un año en el que las administraciones son sostenedoras de la invernación económica de empresas y familias y se liberó del límite de gasto por parte del Gobierno en septiembre, el Consistorio burgalés guarda un cuarto del presupuesto total para el próximo año.De esta manera, entre las modificaciones de crédito y el presupuesto se han dispuesto este año de 226 millones de euros. De ellos 194,5 corresponden al presupuesto del año 2020 aprobado en julio por el Equipo de Gobierno y Ciudadanos con cinco millones de euros menos de las cuentas planteadas a principios del año. A ello hay que sumar hasta 31,5 millones de euros en diferentes modificaciones de crédito de las que 11,4 se aprobaron en el mes de noviembre.Con las cifras disponibles sobre la mesa, las obligaciones netas reconocidas a diciembre de 2020 ascendían a 171,4 millones de euros, el 75,8% del total del dinero disponible. De ellos hay que desgajar los 19 millones de euros en facturas que al 31 de diciembre estaban pendientes de pago, según la documentación de la ejecución de las cuentas municipales. Un rendimiento del gasto por debajo del 100% y que sorprende cuando se habían levantado las restricciones de gasto de años atrás ante la situación sociosanitaria impuesta por la Covid-19.Así, se refleja en la documentación de ejecución del presupuesto relativa al cuarto trimestre. Una documentación que debería haber dado a conocer en el pleno del mes de febrero celebrado el pasado viernes. Este análisis de lo gastado y lo que queda para la siguiente anualidad es obligatorio remitirlo a finales de enero al ministerio de Hacienda y dar cuenta de las mismas en pleno al mes siguiente.
El 2020 era el año en el que la mirada estaba puesta en una actualización de cuentas municipales, prorrogadas desde 2017. Llegó marzo y el mundo se paró. Para entonces se habilitaron procesos telemáticos, pero se suspendieron los procesos administrativos. Entonces se dejó para más adelante un presupuesto que sufriría los ajustes del confinamiento, pero se aprobó una primera modificación de créditos. para hacer frente a los gastos de apoyo a comercios, hostelería y familias en ERTE así como los gastos no previstos derivados de la pandemia. Entonces 6,8 y 3,8 millones pasaron a las arcas municipales. La otra gran modificación de créditos se llevó a cabo en noviembre con 11,5 millones de euros.EL CORREO DE BURGOS.
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