Una caída por una baldosa rota, una herida en un parque infantil defectuoso, un resbalón en un charco, un tropezón en una escalera... El Ayuntamiento de Burgos está acostumbrado a recibir numerosas reclamaciones de ciudadanos que señalan a la Administración municipal como la responsable de los percances sufridos en la vía pública. Motivo por el que exigen el abono de una indemnización como compensación. Lejos de ser situaciones excepcionales, los datos facilitados por la Concejalía de Patrimonio detallan que entre 2017 y 2019 (los últimos datos disponibles) se han abierto 312 expedientes de este tipo. De media, algo más de un centenar al año o, lo que es lo mismo, una denuncia cada 3 o 4 días.
Aunque hay quienes pueden pensar que las posibilidades de éxito en una controversia de este tipo son grandes, la mayoría de estas reclamaciones no logra el objetivo perseguido por la persona que exige una compensación económica. De los 312 expedientes abiertos en 3 años, solo en 35 casos se ha tenido que abonar una indemnización. Es decir, en aproximadamente un 11% de las situaciones. La explicación es que una cosa es que el Ayuntamiento deba de mantener la ciudad en buen estado y otra muy distinta que las calles deban de estar mejor cuidadas que la Capilla Sixtina o que el accidentado no tenga nunca culpa alguna.
La concejala de Patrimonio, Sonia Rodríguez, defiende que «este tipo de procedimientos no ha supuesto un quebranto excesivo para las arcas municipales. Las cantidades a indemnizar en total no son muy elevadas y además el Ayuntamiento cuenta con un seguro por el que únicamente debe pagar la parte de la franquicia no cubierta: unos 1.000 euros por siniestro».
En los últimos tres años, el importe total de las indemnizaciones ha rozado los 83.000 euros, de los que el Ayuntamiento ha tenido que asumir el pago de cerca de 14.000. Algo más de 63.000 los han abonado las aseguradoras y los otros 6.000 los contratistas (empresas adjudicatarias de algún servicio encargado del mantenimiento de la ciudad que no han hecho su trabajo de la mejor manera).
La primera gran criba de las reclamaciones se produce ya en la vía administrativa ya que ahí es muy complicado que el Ayuntamiento dé la razón al contribuyente (...).DB
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