Un año después de su entrada en vigor, la Ordenanza de Movilidad sufre una docena de cambios sustanciales para adaptarla a las necesidades de la ciudad y a la normativa de la Dirección General de Tráfico. El Pleno dio ayer luz verde a la modificación con los votos en contra del PP. Ahora el documento se someterá a información pública durante un mes y se podrán presentar alegaciones. Posteriormente, deberán resolverse y aprobar la norma de manera definitiva. El objetivo del equipo de Gobierno es que entre en vigor a final de junio.
De esa fecha depende que en una decena de calles de un carril por sentido vuelva a circularse a 50 kilómetros a la hora en lugar de a 30: el bulevar, la avenida de Palencia, en el tramo frente al Campolara, las calles Villadiego y José María Villacián, en la zona universitaria de San Amaro, los accesos a Cortes, Villatoro y el Ecoparque, la conexión entre el Bulevar y el acceso a la Cartuja de Miraflores, la calle Salce de Villatoro, y en varias calles de los polígonos industriales de Villalonquéjar, Burgos Este y Monte de la Abadesa. También la inclusión de tres calles más como peatonales (término que sustituye a las áreas de tráfico restringido en las que pueden convivir el peatón y las bicicletas y los VMP):Per Abbat, San Juan y Almirante Bonifaz. La equiparación de los patinetes a las bicis, que como novedad se podrán subir plegados al autobús urbano, y la posibilidad de que los repartidores de comida a domicilio circulen por las calles peatonales fuera del horario de carga y descarga en bici o patinete pero a 10 kilómetros por hora son otras de las novedades.
También se regulan ascensores y rampas. «Apostamos por una movilidad más sostenible que prime el uso de la bicicleta, los patinetes y el autobús urbano y que conciencie a los ciudadanos que usan el vehículo privado a rebajar la velocidad para aumentar la seguridad de todos y la reducción de la contaminación », aseguró el concejal de Movilidad, Leví Moreno.DB
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