No es para hoy, ni para mañana. Ni para el año que viene. Ni siquiera hablamos de un horizonte de una sola legislatura, sino de varias, pero el Ayuntamiento de Burgos quiere poner el foco sobre la Barriada Inmaculada y el pueblo antiguo de Gamonal como objetivos para un gran plan de regeneración urbana.
Por eso los ha incluido en sendas «manifestaciones de interés», como se denominan técnicamente, remitidas hace 10 días al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana dentro del Programa para la Recuperación Económica y Social de Entornos Residenciales que a su vez se enmarca en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y al que deberán regar los esperadísimos fondos europeos pensados para la era post covid.
El concejal de Fomento, Daniel Garabito, explica que se trata de una documentación preliminar solicitada por el Gobierno a las distintas administraciones regionales y locales, «para ver qué interés suscitan los fondos y cómo orientarlos mejor. No son vinculantes ni haber concurrido tiene ninguna trascendencia práctica, pero sí pensamos que es importante aprovechar esta oportunidad y estas manifestaciones de interés te obligan a enfocar el tema, valorarlo y dar los primeros pasos a la espera de que el Ministerio concrete realmente estos fondos».
En concreto, estos informes preliminares remitidas al Gobierno cuantifican las inversiones necesarias en uno y otro barrio, y la cifra resulta más que llamativa por su gran importe. En la Barriada Inmaculada se estiman 40 millones de euros mientras que en el pueblo antiguo de Gamonal la cifra se queda en 14,5 millones.
La diferencia radica en que «son dos ámbitos urbanísticamente muy distintos», explica Garabito. Están unidos físicamente y constituyen un entorno degradado en conjunto, pero sus problemas son diferentes y «en esta manifestación de interés encaja mucho mejor la Barriada Inmaculada, porque es un barrio consolidado y degradado uniformemente con edificios para rehabilitar y mejorar sus condiciones de habitabilidad, no solamente mediante actuaciones de eficiencia energética sino también de accesibilidad e incluso de lucha contra potenciales bolsas de pobreza».
A partir de ahí, y con la experiencia del ARU de San Cristóbal, se ha realizado el cálculo. De nuevo Garabito recuerda que «el área de rehabilitación urbana de San Cristóbal lleva más de diez años en marcha, aún estamos con la tercera fase (cuya inversión es de 2,7 millones) y quedaría una hipotética cuarta, así que estos números no son para invertir en un año, dos ni tres y se tratan de una mera estimación».DB
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