La modificación del Plan General de Ordenación (PGOU) posibilitará ubicar plazas de aparcamiento, tanto público como privado, en locales vacíos para aliviar los problemas de estacionamiento en distintas zonas de la ciudad. Una de las más afectadas es Gamonal y dicha posibilidad ha sido recibida como una «solución parcial» por parte de la asociación de comerciantes Zona G, que ha contabilizado al menos cinco lonjas de grandes dimensiones en este entorno urbano.
La mayoría se encuentra a lo largo de la calle Vitoria, comenzando por el número 150, donde se ubica un «espacio de grandes dimensiones» de paredes de ladrillo. El recorrido de la entidad continúa por esta misma vía y se detiene a la altura del 200. «Se unieron varios locales y en principio la idea pasaba por hacer un supermercado, aunque finalmente no se llevó a efecto», detalla Borja García, gerente de la asociación, respecto a una ubicación en la ya se pueden ver carteles ofertando plazas de garaje en alquiler.
En el número 257 de dicha calle se emplaza otro de los locales, si bien García considera que este se encuentra un poco más alejado del centro más comercial del barrio. Cambiando ya de ubicación, Zona G también incluye otro en Alejandro Yagüe, «en el que nunca se ha visto actividad y antiguamente fue utilizado por el Consejo de Barrio para el desarrollo de distintos eventos durante las fiestas», al que añade un quinto en Luis Alberdi con dos salidas y que en su momento el arquitecto Marcos Rico quiso darlo este uso pero desistió.
Con la revisión del PGOU, estos locales serían «susceptibles» de convertirse en aparcamientos. «Sumaría muy pocas plazas y no solucionaría el problema, pero la posibilidad de la rotación lo aliviaría en determinadas zonas», asegura el gerente de la asociación, quien agrega que esta opción es «inexistente» en la actualidad. El planteamiento de la entidad pasa por este sistema de gestión, de tal forma que «si el cliente no realiza ninguna compra en el barrio tendría que pagar por estacionar, y si la hace se le proporcionaría un tique por parte del comercio para que fuese gratuito», manifiesta.
García aboga por que sea el Ayuntamiento el que se ocupe de promover este tipo de iniciativas, aunque la respuesta obtenida es que «se trata de un proceso muy lento y difícil de gestionar». La ventaja que ve la entidad en esta posibilidad de cara a animar a los propietarios de esas lonjas radica, más que en la rentabilidad, en el hecho de que permitiría reducir o cubrir los gastos mensuales de mantenimiento. «Se trata solo de una muestra de lo existente, pero hay que tener en cuenta que estos espacios tienen que cumplir con una serie de condicionantes», concluye.db
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