Hace ahora un año, el Ayuntamiento de Burgos adjudicó un contrato específico de mantenimiento de los parques infantiles. Hasta entonces la administración local venía repartiendo estas tareas entre las áreas de vías públicas y medio ambiente, pero gracias a este pliego que se inició en la corporación anterior y se remató con la actual dispone ahora de una herramienta directa para actuar sobre ellos.
Superados los primeros 12 meses de unos trabajos que se contrataron por dos años, con un coste anual de más de medio millón de euros y posibilidad de prórroga por otros dos, toca hacer balance. La empresa RFS, adjudicataria de las tareas, ha presentado un detallado informe de trabajos y de él se deduce la preocupante situación en la que se encontraban estas instalaciones, algo que suscita de forma permanente las quejas ciudadanas.
El documento explica que han sido inspeccionadas 182 zonas de mantenimiento en las que se han llevado a cabo nada menos que 3.360 «actuaciones de limpieza de diversa intensidad», así como multitud de reparaciones de mayor o menor calado para paliar no solo el desgaste natural de los parques, lo que resulta comprensible al estar a la intemperie y servir a cientos de niños cada año, sino también los efectos del vandalismo.
Hasta en 134 áreas de mantenimiento ha sido necesario limpiar grafitis, lo que supone que había pintadas en siete de cada diez parques. De hecho, en varios de ellos ha habido que repetir hasta llegar a las 257 actuaciones.DB
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