La llamada nueva normalidad no termina de llegar al transporte público. Los datos sobre el número de viajeros en los autobuses urbanos durante el primer semestre del año evidencia que muchos burgaleses, con la crisis sanitaria aún presente, siguen aún recelando de este medio de transporte o al menos han limitado sus movimientos respecto a los años previos a la irrupción del coronavirus. Si bien es cierto que entre enero y junio de este 2021 se han ganado 755.000 pasajeros respecto a 2020, lo cierto es que la remontada se atisba muy lejana ya que siguen siendo aún 2,5 millones menos de usuarios que los que había en el mismo periodo de 2019.
Superar las cifras del año pasado no era algo complicado ya que en los primeros de la pandemia el confinamiento, la hibernación económica, el cierre de la hostelería, el toque de queda y el teletrabajo obligaron a muchos burgaleses a quedarse en sus casas y a salir de sus hogares solo para lo imprescindible. Llegaron incluso a reducirse a la mínima expresión los encuentros familiares y se limitaron drásticamente las frecuencias de los autobuses y los aforos.
No es que 2021 haya sido un remanso de paz ya que las restricciones, en mayor o en menor medida y especialmente durante los primeros meses, se han mantenido en el día a día. Y aunque algunas de las limitaciones se han ido recuperando paulatinamente, esa puede ser una de las explicaciones para que el número de viajeros caiga en casi un 38% respecto a 2019. Pese a que, por otra parte, crecen un 22% en comparación con 2020.DB
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