No es solo una sensación térmica. El verano en Burgos no acaba de despegar, aunque tal vez no pensemos lo mismo esta semana, para la que se avisa de una ola de calor con máximas incluso de 40 grados. Sin embargo, venimos de días frescos, mucho más frescos de lo que suele ser habitual para la provincia. De hecho, se han marcado algunos registros que quedarán en la historia meteorológica de la ciudad.
De entrada, el pasado 1 de agosto los termómetros cayeron hasta los 3,8 grados en la estación meteorológica del Aeropuerto de Burgos, la que sirve de referencia para la capital. La cifra es la segunda más baja registrada en un mes de agosto en los últimos treinta años, ha explicado Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Hay que remontarse hasta el año 1986 para encontrar la temperatura mínima más baja de agosto, los 0,8 grados que se registraron el día 29. Un año después se registraron 2,7 grados y en el año 1988 se alcanzaron esos mismos 3,8 grados. Sin embargo, la mínima de este pasado agosto no es la más baja de los últimos treinta años, pues en 2020, agosto dejó también una mínima de 3,5 grados, pero fue justo al finalizar el mes, el último día, el 31.BURGOSCONECTA.
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