De una piedra sucia y ennegrecida por años de polución y excrementos de palomas a una policromía extraordinaria. Este es uno de los cambios más radicales que ha experimentado la arquitectura pétrea ojival de la portada y el conjunto escultórico de la Iglesia Real y Antigua de Gamonal después de los trabajos que está a punto de concluir la empresa Heritage, que lleva varios meses limpiandola, y que, según sus responsables, va a impresionar al público: «Desde el principio intuíamos que íbamos a encontrar restos de policromía, que, además, aparecieron desde el primer momento, pero desde luego que no tantos», explica el portavoz de la firma restauradora, Miguel Ángel Gutiérrez.
Los colores originales, elaborados a base de pigmentos naturales como era habitual en la época, se han hallado, sobre todo, en las seis figuras de la imagen que representa la coronación de la Virgen con dos donantes -que con casi práctica seguridad se sabe que pertenecerían a la Cofradía de Caballeros de Gamonal-, y en el escudo de Castilla. Azules, sobre todo, pero también amarillos y rojos van a sorprender al espectador acostumbrado durante décadas a contemplar el conjunto muy ennegrecido: «Creo que se van a llevar una sorpresa no solo los vecinos de Gamonal sino los amantes del arte, que en Burgos son muchos, que van a ver algo que antes no se apreciaba y que va a poner en valor el templo más aún».
La limpieza de los restos de policromía se ha realizado desde el principio de la mínima intervención y a base de técnicas no destructivas cuyo objetivo ha sido la conservación integral del conjunto: «Se trataba de eliminar aquello que provocaba perturbaciones de carácter estético y devolver al conjunto su aspecto original», se apunta en el informe que ha acompañado las acciones técnicas. Las reintegraciones de color, por tanto, se llevaron a cabo con pigmentos naturales con el fin último de respetar al máximo las originales.
En el proyecto, que contó con la dirección del arquitecto Javier Garabito y la supervisión de la Junta de Castilla y León a través de la restauradora Adelaida Rodríguez, han trabajado los profesionales Ana Otero y Santiago Oyambre, ambos con una larga trayectoria y años de experiencia, y el recién graduado Santiago Heras, para quien ha sido su primera labor profesional tras terminar su formación académica. La Fundación VIII Centenario de la Catedral ha sido la encargada de su financiación tras la firma de un convenio con la diócesis que tuvo lugar el pasado mes de noviembre en el que se avanzó que la aportación sería de hasta 23.000 euros.
«Estado aceptable». El equipo técnico se encontró con un estado de conservación «aceptable» en una portada afectada, sobre todo, por suciedad compuesta por una mezcla de polvo y restos grasos y órganos sobre toda la superficie. Las esculturas del tímpano presentaban una gran cantidad de excrementos de palomas, razón por la cual se ha instalado un sistema que evita que las aves se posen y aniden (durante la restauración se han encontrado hasta huevos de estos animales) y que es efectivo, invisible y no dañino porque solo las espanta. Esta es la razón por la que la restauración de la puerta mudéjar, también prevista, se ha pospuesto para más adelante: «No tenía mucho sentido restaurar la puerta para después dejarla a merced de las palomas. Es por eso que se ha retrasado su abordaje», señala Gutiérrez.
Otras patologías que presentaba la portada eran fracturas y pérdidas de pequeños fragmentos de piedra, grietas y fisuras que ha sido necesario sellar, juntas en mal estado e intervenciones antiguas inadecuadas, las últimas, probablemente, datadas en la década de los sesenta del siglo pasado y «hechas con mejor intención que otra cosa», según los profesionales.
La iglesia Real y Antigua de Gamonal se ubica en la calle Vitoria y en el barrio del mismo nombre -del que es un auténtico símbolo- y justo en la entrada histórica del Camino de Santiago en Burgos. Es uno de los templos de la ciudad más visitados por los peregrinos, según explican fuentes del Arzobispado. El templo tiene sus orígenes en la antigua construcción románica que con toda probabilidad se levantó a raíz de la traslación de la sede episcopal de Oca a este mismo lugar en el siglo XI. Después, en los años iniciales del XIV, el edificio fue reconstruido y se convirtió en una de las edificaciones más sobresalientes del denominado ‘gótico radiante’ burgalés. DB
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