San Julián es una calle de desangelada vida comercial, muchos de sus locales tienen bajada la persiana, y sin visos de ser una situación temporal, pero un continuo trasiego de personas entran y salen del número 4. Avalon es el paraíso para los friquis del cómic y, pese a ser una librería de barrio por su ubicación, su especialización y su amplia oferta la convierten en punto de atracción para los amantes del género de toda la ciudad, del resto de Castilla y León y del área norte del país.
Las aulas del colegio Fuentecillas están llenas; el parque infantil, vacío de todo guirigay. Apenas un anciano, con su gorro calado, busca los rayos de sol sentado en un banco y dos señoras también de edad charlan de pie con la bolsa de la compra en la mano. Las hojas secas del otoño se arremolinan en la calle Monte Sano, entre el centro escolar y la biblioteca Miguel de Cervantes, o el Mercadona, que atrae más pasos que la otra. Ahí se asoma La Silla Mágica, especializada en literatura infantil y juvenil que en sus más de siete años de vida ya se ha convertido en una vecina más del barrio.
La placidez de ese rincón contrasta con el trajín de la calle Alejandro Yagüe, en la esquina con Pablo Ruiz Picasso. Los coches pasan, pitan, buscan aparcamiento, los señores entran y salen de las tiendas, la mayoría con una larga vida, igual que la librería Margof, una empresa familiar que desde su apertura, en marzo cumplirá 38 años, fue un referente para los matrimonios jóvenes y ahora lo sigue siendo para sus hijos, aunque habiten en otros puntos de la capital. DB
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