La esquina entre la calle Severo Ochoa y la avenida de Castilla y León, oficialmente denominada calle Carderas, es propiedad militar. Allí hay un bloque de pisos gestionados por el Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa, pero también antiguos talleres del viejo Servicio Militar de Construcción y hasta unas cocheras donde antiguamente se alojaban vehículos del ejército. Todo ello se va a quedar descolgado del desarrollo urbanístico del entorno.
El parque de Artillería, situado justo a su lado, tiene en marcha la construcción de 350 viviendas, una mediana superficie y una gran zona verde que va a transformar por completo la parcela, pero en el terreno anexo no se ha movido un papel para llevar a cabo lo que contempla el Plan General de Ordenación Urbana.
Esto incluye la desaparición del edificio actual, su sustitución por otro mucho más grande y más alto, nuevos viales para la circulación y el aparcamiento y un equipamiento público cuyo uso está todavía sin definir.
Fuentes del Ministerio de Defensa explican que en el inmueble actual hay dieciséis viviendas militares no enajenables, de las que seis se encuentran actualmente ocupadas, dentro de las políticas «de apoyo a la movilidad geográfica de los miembros de las Fuerzas Armadas». Allí habitan trabajadores del ejército (tanto civiles como militares), todavía en activo, ya jubilados o en algunos casos incluso sus viudas. En su mayoría son gente mayor, que pagan una renta y a la que no se puede desalojar sin ofrecer una alternativa porque tienen contratos vitalicios.DB
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