La falta de materiales está afectando a la industria, a los servicios y a la construcción y también, en cierta media, a las comuniones. No a todas pero sí a las previstas en la iglesia de Santa María la Real y Antigua de Gamonal. Las celebraciones religiosas se están desarrollando con normalidad pero se han visto deslucidas por las obras de pavimentación exterior que el Ayuntamiento ha iniciado hace unos días.
La entrada principal a este templo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), ha quedado anulada y todo el frente desde la escalera hasta los jardines está vallado y acordonado para facilitar los trabajos, que se tenían que haber iniciado hace unos meses pero no se ha podido por la falta de suministro de baldosas.
Esta situación ha hecho que precisamente las obras para picar las baldosas en mal estado coincidan con el mes tradicional para las comuniones y otras celebraciones religiosas que se vieron reducidas durante los años de pandemia y que se han retomado ahora con normalidad. Esta situación hace que la entrada se tenga que hacer por uno de los laterales del templo y la presencia de maquinaria y el perimetrado impide usar esta zona para realizar las fotografías teniendo como fondos el bello pórtico de la iglesia o los jardines.
Las obras corren a cargo de la empresa Jacinto Lázaro, que realiza algunas de las actuaciones en esta materia a las que no llega el personal municipal. Tienen un coste de 69.000 euros y afectan a casi 600 metros cuadrados. «El comienzo de los trabajos ha tardado más de lo previsto al no llegar los materiales», indicó el concejal de Vías Públicas, Miguel Balbás.
La obra consiste fundamentalmente en el cambio de las baldosas que se encontraban muy deterioradas. Ya se han quitado las antiguas y se está extendiendo una capa de zahorra compactada para luego colocar el nuevo pavimento. Se espera que no duren más de dos meses. Lo cierto es que están suscitando la curiosidad de muchos de los residentes del barrio de Gamonal que miran detrás de la valla su desarrollo. También están causando algunos inconvenientes como el señalado del desarrollo de las comuniones y el rodeo que deben dar los peatones que cruzan la calle Vitoria para ir en dirección al barrio del G-9.
Seguramente que las molestias se olvidarán cuando concluyan los trabajos y el espacio público situado delante de la iglesia luzca renovado y ensalce más todavía más la belleza del monumento gótico. DB
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