Los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Burgos, incluidos los del Departamento de Gestión Administrativa de la Gerencia de Urbanismo (antes llamada de Fomento), han confirmado que el 'cambiazo' de pavimento en la obra de la plaza Santiago debió de estar sujeto a una solicitud de modificación del contrato. De poco sirve que la dirección de la obra, el contratista e incluso el técnico municipal responsable de supervisar el contrato hayan defendido que se trata de pavimentos «equivalentes» y que lo hayan desvinculado de las goteras que aún persisten en el garaje subterráneo ya que la diferencia de precios entre y uno y otro hacían preceptivo que el órgano de contratación lo autorizara. Y eso, es indiscutible.
Reconocida la negligencia, a la que ya apuntó hace casi tres meses el jefe del área de Contratación del Ayuntamiento, el equipo de Gobierno no tiene otra salida que dar marcha atrás y para ello planea que se declare «lesivo» el acto administrativo de recepción de la obra. Para tratar de conseguirlo acudirá al Juzgado de lo Contencioso-Administrativo.DB
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