Los sectores de comidas preparadas y cocinas centrales acaparan el 43,1 por ciento de las sanciones que los servicios oficiales de salud pública impusieron en el último año. Detrás, se colocan los establecimientos polivalentes, con un 20,3 por ciento, y los de carne y derivados, con un 17,4 por ciento. Entre los tres, sumaron más de un 80 por ciento de las 276 sanciones impuestas, lejos de los porcentajes de otros sectores como cereales y derivados (ocho por ciento), vegetales y derivados ( cuatro por ciento), bebidas alcohólicas (2,2) y leche y derivados.
Así lo pone de manifiesto el último informe de control de productos alimenticios de la Consejería de Sanidad recogido por Ical, que se encarga de la vigilancia sistemática de las industrias y establecimientos alimentarios para garantizar desde el estado de las instalaciones, equipos, materiales y productos, a procesos de producción, sistemas de autocontrol, condiciones higiénico sanitarias y prácticas seguras.
En concreto, de las 276 sanciones impuestas, los sectores de comidas preparadas y cocinas centrales sumaron 119 sanciones, cifra que indica que la inmensa mayoría de estos establecimientos -suman 21.464- cumple las normas, teniendo en cuenta, además, que son los más numerosos en Castilla y León, casi la mitad, un 49,1 por ciento. Están muy por delante de los llamados establecimientos polivalentes, que suman 10.080 y representan el 24,7 por ciento, y de los de carne y derivados, en tercer puesto con 3.797 y un 8,7 por ciento del total.
Estas sanciones son fruto de las 113.107 visitas de control ejecutadas, de las que la mayor parte (45,8%) se dirigió a establecimientos dedicados a la prestación de servicios, es decir, restaurantes, bares y cafeterías, cocinas y comedores colectivos de residencias de ancianos, colegios y hospitales, entre otros. El 26,1 por ciento se dirigieron a establecimientos minoristas.
El informe arroja que los establecimientos alimentarios reciben una media de 2,6 visitas al año, aunque las industrias elaboradoras y envasadoras de productos cárnicos y lácteos llegan a 11,2 y 8,4 visitas, seguidas por las de productos de pesca, visitadas más de cinco veces.
Programas de control.
Las actividades de supervisión se dividen en programas de control general de establecimientos y de control de autocontroles en la industria alimentaria. Para esta tarea se toman muestras de alimentos o cualquier otra sustancia para analizar si se cumple la legislación alimentaria o evaluar las verificaciones analíticas de los procedimientos de autocontrol de las empresas alimentarias.
Se estudia la adecuación de los diferentes parámetros a la normativa específica sobre criterios microbiológicos, uso de aditivos alimentarios, contaminantes y plaguicidas, presencia de alérgenos no declarados en etiquetado, presencia de organismos modificados genéticamente no indicados y migración de sustancias químicas desde los envases a los alimentos.
En concreto, se programaron y analizaron 1.003 muestras, de las que sólo 32, el 3,2 por ciento, fueron no conformes a la legislación. Destacó la recogida de muestras analizadas en los sectores de carnes y derivados, con el 34,7 por ciento del total; vegetales y derivados, con un 15,1 por ciento, del sector pescados, moluscos bivalvos y derivados, con un 12,7 por ciento, y de leche y derivados, con un 10,2 por ciento. Estos cuatro sectores acapararon el 72,6% de las muestras analizadas.
En cuanto al resultado, el mayor número de las que fueron no conformes se detectó en el sector de carne y derivados (con 21 muestras), el 65,6 por ciento.
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