Pasaban las cuatro de la madrugaba del sábado. Por la calle Vitoria, a la altura del número 157, había cierto movimiento pese a ser una hora intempestiva. Pasaban coches y personas que iban o volvían de fiesta. Nada de eso cambió los planes de un ladrón que puso el foco en el escaparate del OliBher, un negocio de aceitunas y encurtidos en el corazón de Gamonal. Como tantas otras veces se ha visto en esta ciudad, cogió una tapa de una alcantarilla y la emprendió a golpes contra la luna de la tienda hasta que quebró el cristal. Tuvo tiempo de sobra de elegir bien el botín. Optó por unas bandejas de bacalao que, muy probablemente, se llevó caminando hasta su casa, a escasos metros de allí. Esa es, al menos, la línea de investigación que sigue la Policía Nacional.
Lo que más enfada a Virginia, la responsable de este comercio, es que hubiera gente que viera cómo el ladrón reventaba el cristal para llevarse el género y que no llamasen a la Policía. Una escena recogida con detalle por las cámaras de seguridad. «Se ve claramente cómo tiene tiempo de sobra para elegir lo que roba. Al final alguien llamó, pero cuando vino una patrulla se acababa de ir», protesta.DB
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