Todavía queda, pero el Zurbarán Rock ya empieza a caldear el ambiente de cara a 2023. Tras el éxito de la anterior edición, con más de 6.000 personas congregadas en el parque de San Agustín, el festival vuelve al mismo e «idílico» emplazamiento, los días 7 y 8 de julio, con el objetivo de «crecer cada vez más». Para lograrlo, la asociación Metal Castellae ya trabaja en un cartel con «bandas más punteras» si cabe. A modo de aperitivo, la organización ha decidido confirmar los primeros grupos que formarán parte del elenco de la sexta edición del Zurbarán. Por demanda popular, los indios Girish and the Chronicles volverán a Burgos. Tal y como comenta Laura Sagredo, portavoz de Metal Castellae, fueron los «grandes triunfadores» de la cita pese a tocar a primera hora de la tarde. Básicamente, «dejaron alucinados a quienes tuvieron la oportunidad de verles» y «con ganas» a los que no. También era de justicia contar con Xtasy. Por problemas de salud de su vocalista, Silvia Idoate, el combo navarro se caía a última hora del cartel en 2022 siendo sustituidos por Coins for Charon. A punto de culminar su minigira por Suiza y República Checa, su presencia alegrará a todos aquellos seguidores que lamentaron su inesperada ausencia en el festival. El tercer fichaje, que tampoco es moco de pavo, procede de Italia. Y de «las mejores factorías» del país. Hard Rock en estado puro con músicos de la talla de Alessandro Del Vecchio y Aldo Lonobile. Cómo no, de la escudería Frontiers que tantas buenas bandas ha surtido al Zurbarán.
Aparte de los primeros nombres, Metal Castellae anuncia también una interesante novedad. Por primera vez -y esperemos que no sea la última-, se habilitará un segundo escenario junto a la zona de merchandising. Según precisa Sagredo, dará cabida a bandas locales entre concierto y concierto. Teniendo en cuenta que se subirá el listón y que los requerimientos técnicos serán más exigentes, la transición entre grupos se alargará más que otros años y qué mejor manera de amenizar la espera con más música en directo.
Todo el mundo quiere volver
Las cifras del Zurbarán Rock 2022 hablan por sí solas. Este verano, la organización difundió una encuesta a través de las redes sociales para tantear la valoración del público y recabar sugerencias de cara a la siguiente entrega. El dato más significativo, sin lugar a dudas, es que el 100% de los participantes acreditaron su deseo de volver.
Como si una reseña de Google se tratase, la encuesta también pedía una puntuación entre 1 y 5 sobre el evento. A modo de resumen, más del 90% repartieron su nota entre el sobresaliente (casi el 76%) y el notable alto (4 puntos).Otro de los datos que pone de relieve el impacto del Zurbarán a nivel nacional guarda relación con la procedencia de los asistentes. Tal y como intuían los organizadores, más de la mitad vinieron de fuera. La mayoría del País Vasco y de Madrid, epicentros musicales a nivel estatal en los que se mira de reojo -y cada vez más- a la capital burgalesa.
Lógicamente, la masiva afluencia de asistentes de otros lugares causó un enorme impacto económico en la ciudad. Sobre todo para los alojamientos, con los hoteles y hostales recibiendo al 59% de público 'foráneo' mientras un 14% se decantaba por apartamentos turísticos. Además, en torno al 84% de los espectadores aprovecharon el fin de semana para realizar otras actividades. Si algo no cambia en esta cita plenamente consolidada, aunque se preguntase en la encuesta, es la gratuidad. No en vano, un 4,1% de los fieles al Zurbarán preferiría que los conciertos fuesen de pago para «favorecer el crecimiento del festival». Por otro lado, la organización también mantiene su apuesta por la inclusión, habilitando espacios para personas con discapacidad, y por la sostenibilidad evitando el derroche innecesario de plástico.
«Ejemplo de civismo e integración»
Cumplió su promesa la concejala de Festejos, Blanca Carpintero, al pasarse por el festival en la anterior edición. Y pudo comprobar de primera mano que es «totalmente seguro y ejemplar», con un «ambiente muy integrador con gente de todas las edades» que se ganó incluso la felicitación pública de la Policía Local.
Dada la proyección creciente de la cita y la ausencia de incidentes desde el principio, el Ayuntamiento seguirá ofreciendo su apoyo para que siga adelante con «más fuerza que nunca». En principio, no se baraja la idea de cambiar la ubicación si San Agustín se quedase pequeño. No en vano, todoependerá del aforo que se registre en 2023.
Orgullosos de lo conseguido en tan poco tiempo, los integrantes de Metal Castellae sacan pecho de su querido Zurbarán. Sobre todo, porque ha demostrado con creces que no es un mero festival. A grandes rasgos, es «cultura, hermandad, intercambio generacional, fusión de tradición y modernidad, ejemplo de civismo e integración...» y, «en definitiva, el Zurbarán Rock es Burgos».
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