Leyre Villamor, de 45 años, se encontró con la fibromialgia de frente cuando las contracturas que sufría no curaban y se empezaron a cronificar: «Eran tan tremendas que los médicos se asustaban. Es verdad que he estado 17 años trabajando en la caja de un hipermercado, donde los movimientos que haces son repetitivos pero no justificaban mi estado. Por suerte no tardaron mucho en diagnosticarme, como año o año y medio». De esto han pasado casi dos décadas en las que ha estado con medicación y sin ella y ha pasado por la Unidad del Dolor del HUBU donde le pusieron «infiltraciones de todo tipo». Recientemente le han derivado a Neurocirugía....
Desde los 30 años lleva Beatriz Revillas con la fibromialgia a cuestas que, además, fue consecuencia de una enfermedad rara denominada púrpura trombótica trombocitopénica (de la que, en el momento en el que se la diagnosticaron, no se tenía noticia en España desde hacia casi dos décadas), que casi le cuesta la vida y que le obligó a estar hospitalizada cuatro meses seguidos. «Tenía un dolor de cabeza tan fuerte y de tantos días de duración que me presenté en Urgencias diciendo que me iba a volver loca y que, por favor, me dieran algo efectivo. Me hicieron una analítica, vieron que tenía las plaquetas por el suelo y me quedé ingresada. Todo el equipo de Hematología del HUBUse ha portado conmigo siempre de maravilla y ahora estoy en proceso de curación»....
«El primer día que llegué a la asociación dije que no volvía. Yo pensaba que tenía un resquicio de salida de la enfermedad y aquí me di cuenta de que no. Me hundí». Es Verónica Rubio, de 39 años y dos de fibromialgia, que le fue diagnosticada el 4 de mayo de 2021. Cuenta que era una mujer muy activa, que tenía varios trabajos a la vez, que no paraba... y que tenía masajista por dolores en la espalda y en los brazos que achacaba a su empleo de camarera. «Estábamos en ERTE por el covid y después de dejar a los niños al cole paseaba un rato. Un día me empezó a doler muchísimo un lado del cuerpo y un día hizo clack la cadera, un dolor en el troncánter izquierdo, que más tarde se pasó al derecho, y ahí empezó mi ruina. Fui al médico -trocanteritis bilateral-, me mandó a Rehabilitación; de ahí el dolor subió a la espalda, los brazos y se extendió: la cabeza, la garganta, vértigos... tengo mil cosas y hace cinco meses, además, me han diagnosticado fatiga crónica»...DB
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