Tres, dos, uno... ¡Zurbarán Rock! En poco más de 48 horas, el parque de San Agustín volverá a convertirse en el epicentro del heavy metal -y otros géneros hermanos- en el norte peninsular. La cuenta atrás, ahora sí, corre a toda velocidad y la organización del festival espera consolidar aún más si cabe a Burgos como punto de referencia de bandas internacionales que, en muchos casos, apenas se prodigan por España.
Viernes 7 y sábado 8 de julio. Dos jornadas de alto voltaje con un objetivo más que factible: superar (de largo) los cerca de 7.000 asistentes de la edición anterior. Lo que está claro, tal y como apunta Laura Sagredo (Metal Castellae), es que se verá «heavy metal en las calles y metaleros con ganas de disfrutar de la ciudad». Porque más allá de la música, el gran aliciente, Burgos tiene mucho que ofrecer al visitante. Teniendo en cuenta que más de la mitad de los asistentes que acudieron el año pasado al Zurbarán eran de fuera, no es de extrañar que se avecine un mes de julio «histórico» en lo que a ocupación hotelera se refiere. «Queremos pensar que algo hemos contribuido», comenta Sagredo con una sonrisa de oreja a oreja. Sea o no realmente consciente de ello, lo cierto es que los datos relativos a este fin de semana llevarán en gran parte el sello del festival.
Más allá de lo que reflejen las estadísticas, lo cierto es que la cita continúa manteniendo su esencia intacta. Por mucho que haya crecido -y siga haciéndolo, algo fuera de toda duda-, ni siquiera la inflación es capaz de hacer mella en sus señas de identidad. El Zurbarán nació desde abajo, sin ambición desmedida, por amor a la música. Y en eso sigue, tal ycomo indica Keeper, manteniendo sus «muy populares» precios en barra.
Tampoco se pierde de vista el «confort» del que siempre hizo gala el festival. En la anterior edición, se habilitó una zona para personas con movilidad reducida y este año se contará con una plataforma elevada para mejorar la visibilidad. Además, se instalarán más baños portátiles para dejar el parque de San Agustín, como siempre, lo más limpio posible.EL CORREO DE BURGOS
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