Fachadas, suelo, jardineras... y quién sabe cuántas paredes y mobiliario urbano más ensuciaron antes de que un ciudadano que les vio decidiera llamar al 1-1-2 para dar el aviso por esta conducta incívica. La siguiente llamada fue la que recibieron los progenitores de los grafiteros de la Policía Local de Burgos, para informarles de la sanción administrativa a la que se enfrentaban sus hijos por emborronar con firmas las calles de la ciudad.
Una multa a la que seguramente tengan que hacer frente los padres, dada la corta edad de los infractores. Dos de ellos solo tienen 12 años y el tercero 14, según ha informado el cuerpo municipal a través de su cuenta de Twitter.
Agentes de la Unidad de Distritos fueron enviados a atender el aviso y localizaron a los tres menores en la calle Juan de Ayolas (entre la avenida de Castilla y León y Esteban Saez Alvarado), el pasado jueves, 17 de agosto. Tras fotografiar los desperfectos, procedieron a abrir el expediente administrativo sancionador.DB
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