«Estamos encantados porque, antes, era abrir la puerta y ver a muchos pacientes con el móvil, porque en la sala de espera hay que entretenerlos. Así que había que quitarles el teléfono y conseguir que entraran en la consulta... Ahora es una maravilla: los encontramos leyendo», afirma la pediatra del centro de salud José Luis Santamaría, Montesclaros Hortigüela, sobre el proyecto 'Palabras para sanar'. Esto es, un punto de lectura gestionado por las Bibliotecas Municipales que ameniza la espera en los pasillos de Pediatría de todos los centros de salud de la capital y que, si todo va bien, se extenderá a servicios pediátricos del HUBU.
El director de las Bibliotecas, Rafael Ibáñez, explica que el proyecto comenzó en 2011, cuando se llegó a un acuerdo con la Gerencia de Atención Primaria para fomentar la lectura en espacios distintos a los habituales y, a la vez, ayudar a las familias a hacer más ameno un tiempo que, en según qué casos, puede generar incluso ansiedad. «La lectura compartida es una actividad gratificante que, si bien es cierto que no cura, ayuda a hacer más llevadera la espera», cuenta Ibáñez, matizando que el primer centro de salud en implantarlo fue el García Lorca, que es el más próximo a la Gonzalo de Berceo.
A partir de ahí se fue extendiendo a todos los centros de salud de la capital y, desde 2017, funciona en todos. «Nosotros proporcionamos los libros, revistas, documentos y cómics y, cada tres o cuatro semanas, recorremos los distintos centros de salud para reponer el material», explica Ibáñez, destacando que, «en ocasiones, nos llevamos la grata sorpresa de que han dejado otros libros distintos a los nuestros».
En general, en cada sala de espera de las consultas de pediatría se pueden encontrar ejemplares de cuentos ilustrados, casi todos relatos cortos y clásicos de la infancia. Esto se completa con cómics o revistas de mascotas, por ejemplo. «Es un punto de consulta, pero nos consta que los pediatras están contentos: proporciona tranquilidad en el pasillo y los críos entran a la consulta más relajados», dice.
Así lo atestigua el equipo pediátrico del José Luis Santamaría (Casa La Vega), conformado por cuatro pediatras y tres enfermeras: «Estamos encantados, porque cuando salimos a llamarlos los encontramos leyendo, o contándoles ellos a las mamás el cuento o viceversa, si no tienen adquirida la lectura. Y entran a la consulta con el libro en la mano y no con el móvil».
La pandemia interrumpió este servicio -ya recuperado en todos los puntos en los que se desarrolla- y, tanto pediatras como enfermeras insisten en que lo echaron en falta. «No están pensando en que vamos a abrir la puerta y los vamos a llamar o a vacunar o a hacerles algo; están menos pendientes y más relajados», dice la enfermera Raquel Muñoz, mientras la pediatra Elia Portal apunta que «les quita ansiedad, porque entran con el cuento y vemos que se sienten como más cómodos».
'Palabras para sanar' funciona también en la Unidad de Psiquiatría Infantil y en la planta de hospitalización de Psiquiatría del HUBU, pero ya se trabaja en dar un paso más y llevarlo a otros puntos, con dinámicas adaptadas a las necesidades de los pacientes.DB
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