La conciliación de las familias en verano es complicada al no coincidir las vacaciones escolares con las laborales. Por ello, los campamentos urbanos organizados por el Ayuntamiento son una buena solución para que los más pequeños ocupen su ocio al aire libre mientras aprenden valores y hábitos saludables. La prueba es que de las 330 plazas ofertadas en 11 turnos distribuidos los meses de julio y agosto están cubiertas al 93% y solo quedan 25 libres para la segunda quincena del próximo mes. Las actividades, que este año tienen como hilo conductor las olimpiadas, se realizan en las aulas de Fuentes Blancas y en las instalaciones de la Facultad de Ciencias de la Salud, gracias a la colaboración de la Universidad de Burgos, debido a que no pueden utilizarse las aulas municipales del Parral al estar cerrado por obras.
Están dirigidas a niños y niñas de entre 6 y 12 años y dos plazas de cada semana están reservadas para menores con discapacidad y otras dos a aquellos que tienen dificultades sociales o económicas que son derivados a través de los centros de acción social.
Las actividades se desarrollan de 10 a 19 horas de lunes a viernes y de 10.10 a 13.30 horas los sábados. Los participantes almuerzan en los campamentos y los más mayores (9 a 12 años) pernoctan en tiendas de campaña para vivir esta experiencia. También se dispone de un programa de madrugadores de 8 a 10 de la mañana que se pone a disposición de las familias en los centros cívicos de Gamonal Norte y San Agustín. «Facilitan la conciliación de la vida familiar y laboral», indicó la concejala de Servicios Sociales, Andrea Ballesteros, durante la visita que ha realizado esta mañana a los campamentos que tienen su sede en Fuentes Blancas acompañada por el responsable de la Asociación Aspanias,Jesús Cirujano, que se ha adjudicado su desarrollo, así como de otro campamento inclusivo.
Cirujano subrayó la buena acogida que estos campamentos tienen entre las familias como pone de manifiesto el hecho de que hayan recibido más inscripciones que el año pasado. Los menores realizan diferentes actividades lúdicas, realizan visitas culturales y también acuden a las piscinas de El Plantío. También participan en talleres de educación ambiental y de hábitos saludables en la alimentación. «Lo importante es que se lo pasen bien, aprendan y vuelvan otro año», indicó Marcos Martínez, uno de los monitores.DB
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