El Ayuntamiento de Burgos destinará anualmente 22.500 euros a comprobar que todos los elementos de los parques infantiles, biosaludables y de calistenia instalados en la ciudad están homologados y, por tanto, cumplen con la normativa en vigor.
Así se desprende de la licitación difundida en la plataforma de contratación del sector público a finales del mes de agosto del contrato de inspección de estos enclaves. Impulsado por el área de Medio Ambiente, responsable de la gestión de los parques urbanos, el contrato a concurso tendrá una vigencia de cinco años, por un importe total de 112.530 euros.
Las empresas interesadas en asumir tal labor tienen hasta el 16 de septiembre para presentar sus ofertas. La documentación que incorporar esta licitación reconoce que la Administración local carece de medios propios para desempeñar estas tareas, pues "tienen que llevarse a cabo por una empresa especializada y legalmente habilitada para ello".
En suma, la capital burgalesa dispone de 196 espacios de esta naturaleza "ubicados en el dominio público viario". "Los parques deben cumplir, entre otras, las normas UNE EN-1176, que garantizan la seguridad para los usuarios, tanto de los pavimentos elásticos como de los elementos de juego. No se debe abrir un parque al uso sin que previamente se haya comprobado su adecuación a la norma", relata la memoria que justifica el contrato citado. Por otra parte, de manera periódica deberá supervisarse que cada pieza de estas instalaciones cumple con lo establecido, para proceder a su reparación inmediata en caso contrario. El pliego de prescripciones técnicas incluye un listado pormenorizado de los parques repartidos por toda la ciudad. De los 196 totales, ocho son áreas de juego infantil de carácter especial -en las calles Río Trueba, Gonzalo de Berceo, Victoria Balfé, los parques de la Isla y de la Luz, el cerro de San Isidro y el paseo de la Quinta- y hasta 162 ordinarios, cuatro más que los registrados hace apenas dos años, lo que evidencia el aumento reciente de estos espacios siempre demandados. Además, la capital burgalesa cuenta con 23 zonas biosaludables, que incluyen equipamientos que ayudan a cumplir las recomendaciones de actividad física para mayores, y tres de calistenia.Estos últimos, situados en la Quinta y las plazas Guadalajara y Roma, son espacios dedicados al deporte urbano que, a través de varios elementos específicos, ofrecen un sistema de entrenamiento mediante ejercicios que se realizan con el propio peso personal.
De solventar los problemas registrados se encargará el servicio de mantenimiento y reparación adjudicado a la empresa Samyl en 2023. Tomaba el testigo de RFS que ejecutó estas tareas entre 2020 y 2022, poniendo en su momento especial énfasis en renovar el caucho de los suelos, especialmente degradado en los más antiguos y transitados, tarea que continuó la actual responsable, a la que se suma la reposición de elementos por deterioro y la eliminación de pintadas. El 20% de las intervenciones se deben, de hecho, a actos vandálicos. En concreto, la adecuación permanente y la renovación de las instalaciones de juego de la ciudad suponen 500.000 euros al año.
EL CORREO DE BURGOS.-
Comentarios