Las intervenciones de los Bomberos de Burgos en incendios en viviendas están al alza. A falta de que el parque de Burgos haga el habitual balance anual en el mes de marzo con la presentación de la memoria, los datos que aporta el 1-1-2 ponen de relieve el aumento.
El pasado año, el centro de emergencias del 1-1-2 recibió, en la capital, 32 avisos por incendios en viviendas. En este dato solo están incluidas las llamadas por incendios, no por aquellos avisos en los que se alerta de humo y los Bomberos acuden para hacer una comprobación que, si finalmente se confirma que no hay incendio, no se incluye en estas estadísticas.
Según estos datos, solo hubo dos meses, junio y julio, en los que no se recibieron avisos en el 1-1-2 por incendios en viviendas. El mes que más avisos por incendios fue el de septiembre, con cinco aletas a emergencias, seguido por diciembre y enero, con cuatro avisos. En este sentido, hay que recordar que en estos dos meses hubo que lamentar víctimas mortales.El año 2024 empezó de forma trágica en Burgos. El 12 de enero fallecía una anciana de 89 años en un incendio en una vivienda de la calle Calleja y Zurita. La cuidadora de la víctima trató de sacarla de la casa sin éxito y finalmente tuvo que saltar por la ventana en un incendio en el que hubo que atender a varias personas por intoxicación de humo. El humo se había extendido por la fachada y penetró en otros domicilios del inmueble, lo que provocaba que varios vecinos tuvieran que ser atendidos por intoxicación.Enero dejaría una segunda víctima, esta vez en la provincia, y en unas circunstancias similares al suceso de la capital. El 27 de enero, una mujer de 89 años moría en el incendio declarado en su casa en Mazuela. En el incendio también resultó herida una mujer de 44 años que se encargaba de su cuidado. La cuidadora estaba en la planta superior de la casa y la mujer de 89 años, que tenía la movilidad reducida, estaba en una habitación de la planta baja de la vivienda. Fue en esa habitación, donde en la que dormía esta mujer, donde se originó el incendio.
La tercera muerte en un incendio, la segunda en la capital, se registro el 6 de diciembre. Un hombre de 75 años moría en un incendio declarado en una vivienda del número 40 de la calle Alfonso X El Sabio.En el resto de meses del año en los que hubo avisos, salvo noviembre, hubo al menos tres llamadas al 1-1-2 por incendios.
Siempre que hay un incendio en una vivienda, sobre todo cuando las consecuencias han sido trágicas o lo pudieron ser, como en el reciente de la plaza Foramontanos, los Bomberos recuerdan una serie de recomendaciones. Una de ellas es la colocación de detectores de humo. No es de ahora, ni de hace unos pocos años. Es una recomendación que ya en el año 2014, cuando fallecieron en un incendio los seis miembros de una familia en una casa rural de Tordómar, el entonces jefe del parque de Burgos, Julio Estébanez, ya planteaba.
El actual jefe de Bomberos de Burgos, Miguel Ángel Extremo, fue uno de los primeros retos que planteó cuando accedió al cargo, extender el uso de los detectores de humo en las viviendas, con especial incidencia en viviendas habitadas por personas mayores.Una recomendación que desde el parque de Bomberos de Burgos se considera que se debe llevar transformar en una regulación de un dispositivo que es barato, de fácil instalación y que está demostrado que «salva vidas». La normativa del Ayuntamiento de Burgos no obliga a la instalación de detectores de humo en las viviendas, pero es una tendencia creciente en otros ayuntamientos. Es el caso del Ayuntamiento de Valladolid, que regulará la obligatoriedad de instalar estos elementos en las viviendas a partir de este año.
El segundo consejo que retoman los Bomberos cuando se registran incendios como el de la plaza de Foramontanos es de ‘cerrar la puerta al fuego’. Cuando se declara un incendio en casa, el instinto puede conducirnos a salir corriendo de la vivienda, a abandonar la estancia donde se ha declarado el fuego sin cerrar las puertas, lo que, insisten desde el parque de Burgos, hace que las llamas se extiendan con más rapidez. Por ello, remarcan que se deben cerrar las puertas y en el caso de los vecinos del inmueble que se queden en sus casas y no salgan.ÉL CORREO DE BURGOS
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