El Instituto Tecnológico de Castilla y León brindará en apenas tres días la alternativa al actual sistema de recargas de tarjetas de bus urbano, una solución que el edil de Movilidad, José Antonio López, siempre ha calificado de "muy compleja" para justificar el retraso en su puesta en marcha y, en consecuencia, el mantenimiento del contrato con Prepay, la empresa encargada de tal labor, que entraba en concurso de acreedores el pasado verano y acumula una deuda con el Ayuntamiento que roza el millón de euros.
Así, un año después de detectar los primeros retrasos en los pagos, la compañía dejará de prestar el servicio. Para brindar una "fórmula transitoria" que permita a los burgaleses recargar sus tarjetas hasta que se ponga en marcha un nuevo sistema definitivo, se contrataban el pasado 12 de febrero -sí, ayer- al ITCL por 15.000 euros.
En concreto, esta adjudicación permitirá que desde mañana sábado esta operación pueda realizarse en los siete centros cívicos de la ciudad y en la biblioteca Miguel de Cervantes en horario de mañana y tarde, de 9 a 14 y de 17.30 a 19.30 horas; en las dependencias actuales del Servicio de Movilidad y Transporte (SMyT) en el antiguo edificio de Relaciones Laborales, de 8 a 15 horas; y en la sede central del Ayuntamiento, en la Plaza Mayor, tanto entre semana en idénticos tramos que los cívicos, como los sábados de 9 a 14 y de 17.30 a 19.30 horas. Además, «los burgaleses podrán seguir adquiriendo tarjetas nuevas también en los lugares citados y el sistema de compra será mediante carta de pago», precisaba el responsable político del área.
A estos puntos físicos se sumará la página, creada a tal fin, www.bonobur.aytoburgos.es. En ninguno de los casos mencionados la gestión podrá abonarse en efectivo. Solo se admitirá tarjeta de débito o crédito en los espacios presenciales y a través de la web también se permitirá pago por Bizum.
La puesta en marcha de la nueva red de recarga exigirá reforzar el personal en los centros municipales implicados. Una decena de auxiliares administrativos -vinculados al refuerzo general de la plantilla de Servicios Sociales- se encargarán de atender las demandas de los usuarios del transporte urbano.
Las quince máquinas instaladas en la ciudad que hasta ahora permitían introducir dinero en el bonobús dejarán de prestar servicio y se retirarán de la vía pública y del vestíbulo del Ayuntamiento. Tampoco se podrá recargar ya en comercios y estancos.
El nuevo contrato por un año, negociado sin publicidad
Este sistema provisional se mantendrá «como mucho» los dos próximos meses, estimaba López, tiempo que calcula podría tardar en funcionar el nuevo contrato de Bonobur cuyo expediente precisamente se aprobaba en la Junta de Gobierno Local. El concejal auguraba que la próxima semana podrían conocerse las empresas que aspiren a asumir la gestión de la red comercial de las tarjetas de transporte urbano, su distribución, venta, recarga, así como la información al usuario y la resolución de incidencias durante el próximo año.
Pese a su elevado importe, 137.422 euros, se ha optado por un procedimiento negociado sin publicidad -es decir, sin concurso público- al contemplar la ley en vigor este supuesto para trámites de urgencia y en los que la oferta sea limitada, para garantizar la máxima concurrencia. Los dos requisitos se cumplen en este caso a juicio de los técnicos municipales que avalaban la modalidad indicada, pues el contrato está vinculado a la resolución del suscrito con Prepay.
El nuevo acuerdo, con el que López pretende disponer de la nueva red comercial en abril, tendrá una vigencia de un año, no incluirá máquinas desatendidas al no poder amortizarse la inversión en un periodo tan corto y exigirá al adjudicatario un aval bancario por importe de 1.500.000 euros, con el fin de garantizar las cantidades recaudadas a los usuarios.
En este caso, al igual que en el sistema temporal, la recaudación irá a parar directamente a las arcas municipales, según explicaba el responsable del Servicio de Movilidad y Transporte, para añadir que, además, la página web que entrará en funcionamiento desde mañana «nace con vocación de pervivencia».
Respecto a la recarga masiva de tarjetas en los últimos días, fruto de la incertidumbre sobre el mantenimiento del servicio, López quiso quitar hierro y negó que esta oleada implique un incremento de la deuda de Prepay -que es quien hasta el sábado recibe el dinero-, pues «a pesar de los dimes y diretes» la acreedora concursal -que gestiona los activos y débitos de la empresa quebrada- «ha venido reintegrando al Ayuntamiento distintas cuantías por la realización de este trabajo de recaudación» EL CORREO DE BURGOS
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