El Servicio Territorial de Sanidad da por finalizado el brote de tosferina que el año pasado disparó los diagnósticos de esta enfermedad de las vías respiratorias -leve en adultos, pero muy grave en bebés- en toda España. En Burgos, de hecho, se registró la mayor cifra de notificaciones desde, al menos, el 2000, con 39 casos. Este año, en cambio, fuentes oficiales de Salud Pública afirman que solo se ha registrado una infección en la provincia. «El brote se ha terminado en todas partes», explican la jefa de servicio, Dolores González, y la responsable de la sección de Epidemiología, Cristina Ruiz, matizando que esta patología cursa en picos de periodicidad casi cíclica. «Suele suceder cada cinco años», dicen.
La tosferina es una patología muy contagiosa, causada por una bacteria (Bordetella pertusis) y cursa con gravedad diversa: en adultos no suele conllevar complicaciones, pero en menores de 6 meses -y, sobre todo en recién nacidos- puede agravarse hasta el punto de provocar la muerte. Es, por tanto, una enfermedad de declaración obligatoria y muy vigilada por los sistemas de salud.
Las restricciones impuestas durante la pandemia por coronavirus frenaron los contagios y, de hecho, al anterior gran brote registrado se produjo en el 2015, con 32 casos registrados en Burgos. Así, en diciembre de ese año se decidió iniciar la vacunación en embarazadas, con el objetivo de proteger a los bebés en el período en el que son más vulnerables a este bacteria: los dos meses que transcurren entre el nacimiento y la administración de la primera dosis de vacuna. La segunda se pone a los cuatro meses; la tercera, a los once meses y el recuerdo, con 6 años.
La eficacia de la protección prenatal se constató en menos de un año, ya que se produjo un descenso abrupto de diagnósticos en toda la Comunidad y, sobre todo, en los recién nacidos. Y el año pasado, a pesar de las dimensiones del brote registrado en Burgos, solo hubo dos infecciones en lactantes de menos de medio año; los dos hijos de mujeres vacunadas en el embarazo, pero más tarde de lo recomendado, que es entre la semana 27 y 28. «Los contagios ahora suelen producirse en adolescentes y adultos jóvenes; no en lactantes, que están protegidos por sus madres», destacan desde Sanidad.
No obstante, la epidemióloga Cristina Ruiz destaca que, a pesar de la actual caída de contagios, en unos años volverá a haber repunte. «La vacuna que se administra es acelular para que no sea muy reactógena y, entonces, se crean bolsas de [personas] susceptibles [de desarrollar la enfermedad] y, de repente, tienes un brote», cuenta.
A esto hay que añadir que siempre hay un porcentaje de familias que optan por no vacunar a los niños, aunque la cobertura en esta patología es muy alta: entre el 95% y el 97% en los bebés de menos de un año y del 92% en la dosis de recuerdo, que se pone a los 6 años.DB
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