Tras numerosas complicaciones, sentencias judiciales y pérdida de fondos europeos, la Zona de Bajas Emisiones de Burgos (ZBE) comenzará a funcionar a lo largo del próximo mes aunque el día está todavía por concretar, según reconoció ayer la portavoz del equipo de Gobierno, Andrea Ballesteros.
La empresa Etralux deberá tener colocados los elementos de control el 2 de agosto después de que el Ayuntamiento haya denegado la prórroga de cuatro semanas que solicitó. «Desde el área de Tráfico se entiende que se puede cumplir con la fecha y ese es el escenario que barajamos en este momento», apuntó.
Posteriormente, se tendrán que hacer pruebas para que todo el dispositivo de control funcione correctamente aunque no se multará por los incumplimientos hasta el año 2027. Habrá 31 puntos de control de tráfico con un total de 36 cámaras para leer las matrículas de los vehículos.
Ballesteros insistió en la necesidad de concluir las obras en plazo para poder justificar el gasto antes del 30 de septiembre al Ministerio de Transportes. Aunque ya se han perdido 2,6 millones vinculados a Burgos Central al no haber concluido la obra el 31 de diciembre de 2024 tras el año de prórroga, se podrían perder los que se concedieron a las peatonalizaciones de las calles Francisco Grandmontage y Roma, obras ya culminadas, al estar dentro de la misma línea de ayudas. DB
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