Una investigación iniciada en Burgos ha permitido desarticular parte de una red internacional de ciberfraude que operaba a través de WhatsApp. Dos personas han sido detenidas en Madrid por usurpar identidades y pedir dinero a contactos de sus víctimas, en una estafa que dejó al menos trece afectados, once de ellos en la provincia, y más de 7.000 euros defraudados, de los que se ha logrado recuperar la mitadUna trama de delincuentes especializados en fraude que operaba mediante WhatsApp fue desactivada tras una operación de la Guardia Civil que permitió la detención de dos personas en la Comunidad de Madrid. Los investigadores atribuyen a los arrestados varios delitos vinculados a la ciberdelincuencia, como acceso ilegal a sistemas informáticos, blanqueo de capitales, usurpación de identidad y estafa. La actuación ha permitido desarticular la parte española de una organización con conexiones internacionales, centrada en el control fraudulento de cuentas de mensajería instantánea.
La investigación comenzó cuando una víctima denunció haber perdido el acceso a su cuenta de WhatsApp tras recibir un enlace sospechoso. A partir de ese momento, sus contactos empezaron a recibir mensajes en los que, suplantando su identidad, se les pedía dinero con excusas de urgencia. Algunos de ellos accedieron a transferir fondos sin cuestionar la autenticidad de la solicitud. El patrón se repetía con nuevos enlaces enviados desde esas cuentas comprometidas, en una dinámica que ampliaba el número de afectados.
Gracias al trabajo de los especialistas del Equipo @ de la Comandancia de Burgos, se logró identificar a los presuntos responsables, residentes en Madrid. Aunque la actuación ha supuesto un golpe directo a la estructura operativa en España, los agentes no descartan que estas dos personas formen parte de una red de mayor escala, con ramificaciones en otros países. Las diligencias han sido remitidas al Juzgado de Instrucción de Lerma.
Las pesquisas han permitido rastrear el destino del dinero estafado, que superaba los 7.000 euros. La actuación rápida de los investigadores facilitó el bloqueo de varias cuentas bancarias utilizadas por los delincuentes, lo que ha hecho posible recuperar aproximadamente la mitad del importe sustraído. El sistema empleado se basaba en la confianza entre contactos personales, aprovechada por los estafadores para solicitar cantidades en torno a los 400 euros en cada operación fraudulenta.
Hasta el momento se han contabilizado trece víctimas: once en Burgos y su provincia, una en Alcalá de Henares y otra en Tenerife. Las edades de los afectados oscilan entre los 19 y los 51 años. Según detalla la Guardia Civil, los autores obtenían acceso total a la cuenta de WhatsApp de una persona, bien mediante enlaces o a través del código de verificación, lo que les permitía acceder a sus conversaciones, grupos y lista de contactos. Desde esa posición, enviaban mensajes suplantando al titular, solicitaban dinero y continuaban la cadena delictiva con nuevos enlaces fraudulentos.
El método requiere conocimientos técnicos avanzados y se sustenta en el uso del engaño y el abuso de confianza. Además de las estafas económicas, también se han detectado accesos a datos bancarios y tarjetas.
El seguimiento de este tipo de delitos resulta complejo, debido a las múltiples identidades ficticias que emplean los autores, así como al uso de herramientas de acceso remoto. Para evitar la pérdida de pruebas, los investigadores deben actuar con rapidez, tanto para seguir el rastro digital como para bloquear movimientos de dinero.
“La huella digital siempre está presente”, recuerdan desde el Equipo @, que lleva a cabo labores de vigilancia activa en entornos digitales. Esta unidad también intensifica su actividad durante épocas del año en las que crecen las compras online y mantiene encuentros con colectivos vulnerables para ofrecer pautas básicas de protección.
Entre las recomendaciones que trasladan figuran el uso de contraseñas únicas y seguras, la actualización constante de software y sistemas, la desconfianza ante mensajes inesperados o con enlaces dudosos, y la prudencia al conectarse a redes Wi-Fi abiertas. También subrayan la importancia de no compartir información personal y de utilizar herramientas de seguridad fiables. EL CORREO DE BURGOS
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